Capítulo 22

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POV Alba
Los días han ido pasando, sumando semanas y hasta algún mes, pero Natalia no ha despertado.

Podría decir que el tiempo ha pasado volando, pero lo cierto es que nunca se me ha hecho tan largo un intervalo de tiempo.

Hoy es Navidad. Normalmente la gente solo tiene hueco para la felicidad en estas fechas, como mucho puede sumarse algo de estrés a la hora de comprar los regalos. Pero la felicidad es lo último que alguien podría ver en mí. Así ha sido desde que Nat no está a mi lado.

Ayer fue Nochebuena, por lo que mi madre, mi hermana y yo hicimos una cena especial. Me hubiese gustado que ella hubiese cenado con nosotras, o, por lo menos, que hubiese podido disfrutar de esta noche tan especial con su familia.

Miro a mi alrededor mientras camino hacia el hospital. El recorrido lo he hecho tantas veces que podría hacerlo hasta con los ojos cerrados.

Las calles están adornadas con luces de Navidad, pero ahora están apagadas. Los escaparates de las tiendas están llenos de nieve falsa, árboles de Navidad y decoración navideña. Las niñas y los niños caminan sonrientes con sus regalos de Papá Noel en sus pequeñas manos, mientras sus padres los miran con cariño.

La verdad es que los envidio.

Paso al lado de un coro que está cantando villancicos. La gente se para a escucharlos o a echarles alguna monedita. Los más valientes incluso se animan a unirse a ellos. Casi puedo imaginarme estirando del brazo de Natalia para cantar junto a los demás.

Sacudo la cabeza borrando esa imagen de mi mente.

- Tal vez el año que viene, Alba.- me digo.

Llego al hospital, que también cuenta con decoración navideña, y algunas doctoras y doctores me saludan al entrar. Ya me tienen vista.
Llevan gorros de Papá Noel, y otros, orejas de reno. Puede que a algunos pacientes les haga gracia o incluso ilusión, pero a mí me parece un cruel recordatorio de que están pasando la  Navidad en un centro médico.

Finalmente llego a su habitación, donde está su familia.

- Feliz Navidad- me dicen su madre y su hermana a la vez.

Es el "Feliz Navidad" más triste que me han dedicado en la vida. Suena apagado, sin ganas.

- Feliz Navidad- digo de vuelta. Debe haber sonado igual o peor que el suyo.

Les doy un abrazo a ambas y hablamos un rato de temas sin importancia. De repente, Elena se levanta de golpe.

- ¡Mamá, me he dejado el regalo de Nat en casa!.- exclama.

- No pasa nada, cariño. Anda, vamos a por él- dice su madre.- Alba, ¿te quedas tú con Natalia?- me pregunta.

- Por supuesto.- respondo sin dudar.

- Bien, pues ahora volvemos.

Acto seguido, le dan un beso a Nat, cada una en una mejilla distinta, y se van.

- Bueno Nat, parece que volvemos a estar solas.- pienso en voz alta.- Si no te importa, voy a darte mi regalo ahora. Me daba cosa hacerlo con más gente delante.

Me siento más cerca de ella y empiezo a afinar mi guitarra. Inspiro hondo y digo:

-Espero que te guste.

Luego, cierro los ojos y empiezo a cantar.

When you get older, plainer, saner
Will you remember all the danger
We came from?
Burning like embers, falling, tender
Longing for the days of no surrender
Years ago
And will you know

Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora