Capítulo 21

1K 85 4
                                    

POV Alba
Una semana. Natalia lleva en coma una semana y yo he ido a verla todos los días.

En ocasiones he ido acompañada de  María, que parece haber olvidado sus años de ignorar a Natalia y ahora está casi tan preocupada como yo por ella.

Me alegra que vuelvan a ser amigas.

Otras veces nos ha acompañado Miki, el cual me contó que había sido María quien lo había informado del accidente. También me dijo que había notado como lo miraba y que no tenía de qué preocuparme, que él no quería nada con Natalia. Si es que soy más obvia... ¡Qué momento más vergonzoso pasé, no sabía dónde meterme!

La madre y la hermana de Natalia suelen estar en la habitación con ella, pero hay momentos en los que, claramente, van a casa a descansar.

Este es uno de esos momentos, por lo que estoy sola con Nat. Siento que al no haber nadie más en la habitación tengo más intimidad para hablar con ella.
Cuando se dan estos casos, le cuento cómo me ha ido el día, le explico algunas anécdotas y luego toco algunos acordes con la guitarra.
Hoy no va a ser una excepción.

Entro a la habitación y me acerco a la cama en la que descansa Natalia.

- Hola Nat, ya estoy aquí. Hoy vengo sola.- digo.

Tomo la mano donde tiene la vía entre las mías y se la acaricio lentamente, describiendo círculos.

- ¿Sabes, Nat? Hoy he hecho una locura. Como cuando llegué al instituto no hablaba, hoy, sin previo aviso, me he colocado frente a todos los compañeros y me he presentado como dios manda.- le explico- La verdad es que aún no sé de dónde he sacado la valentía, pero ha valido la pena por la cara de orgullo con la que me ha mirado María y, porque ahora, puedo contarte que lo he hecho.

Intento no llorar. Cuando salí de la habitación de Natalia por primera vez, sabiendo que ella estaba en coma, me sentí vacía por el llanto, que había durado horas. En ese momento me dije que ya había llorado lo suficiente y tenía que ser fuerte, por ella.

- Te echo de menos, no sabes cuánto. Echo de menos tocar el piano contigo, tus abrazos, pasar toda una tarde hablando de cualquier cosa, escucharte cantar o tomar un helado juntas. Pero lo que más echo de menos, es tu mirada. Con solo mirarme me transmitías confianza, seguridad, cariño, alegría... Me has hecho tanto bien, Nat.- suspiro- Hoy, cuando me he presentado, he mirado hacia tu sitio y he imaginado que estabas allí, apoyándome con una sonrisa.

A esta confesión le siguen minutos de silencio, a los que ya me he acostumbrado.

Quiero pensar que oye mi voz, por eso le sigo hablando.

- María ha progresado un poco con el tema de Marta que te comenté el otro día. De echo, si todo ha ido bien, ahora estarán las dos solas en el cine. Ya te iré contando los progresos conforme me los cuente María. Espero que no me mate por contártelo, pero así estarás al día de todo cuando te despiertes...

Otra vez silencio.

Dejo de acariciarle la mano para darle un beso en la frente y me la quedo mirando durante un buen rato. Aún estando pálida, despeinada y con la bata de hospital, a mí me sigue pareciendo preciosa.

No puedo estar mucho rato sin hablarle. Tengo un miedo irracional a que, si dejo de hacerlo, se irá alejando.

- He vuelto a cantar, gracias a ti. De momento solo lo hago cuando no hay nadie más en casa, pero me ha sorprendido la facilidad con la que lo he retomado, como si nunca lo hubiese dejado. Estoy practicando una canción en especial. Te prometo que, en cuanto aprenda a tocar los acordes con la guitarra para acompañar, te la cantaré.

Al final, una lágrima rebelde escapa y cae sobre esa mano que hace un momento estaba acariciando.

- No me dejes sola Nat, porfavor-suplico- Quiero que despiertes.

POV Natalia
Ay, mi Albi. No voy a dejarte sola, nunca. Me gustaría decírtelo, pero la oscuridad me promete que si voy a ella no sufriré, no sentiré dolor, que todo irá bien y podré descansar en paz. Suena tan bien, tan fácil...

Si aún no le he hecho caso ha sido por tu voz. Cada vez que intento ir hacia la oscuridad, tú vuelves a acercarme a la luz, pero la luz conlleva dolor, sufrimiento, incertidumbre... Por eso no me siento preparada para ir hacia ella.

Me gusta que me cuentes tu día, y no sabes lo orgullosa que estoy de ti por lo que has hecho. Me hubiese encantado estar ahí.

Gracias por chivarme los cotilleos, la Mari se merece estar con alguien que la quiera de verdad, y estoy segura de que Marta lo hace.

En cuanto a lo de que has vuelto a cantar... No me atribuyas un mérito que no me pertenece. Si lo has conseguido, ha sido gracias a ti y a tu fortaleza.

No puedo esperar a que me cantes esa canción de la que me hablas, porque estoy segura de que cantas genial.

Yo también te echo mucho de menos, Albi. Maldigo cada momento que no estoy aprovechando para estar contigo.

Maldigo cada momento que no estoy aprovechando para besarte.

Sé que sabes que me gustas. La idiota de mi hermana me contó que te lo dijo antes de que me operasen.

Somos tontas, en verdad. El miedo no nos dejó actuar como tendríamos que haber actuado.

El miedo nos roba muchas cosas, pero a la vez nos salva de muchas otras. La línea que separa una opción de la otra es extremadamente delgada.

Voy a acabar convirtiéndome en una filósofa si no dejo de hablar conmigo misma.

Dices que yo te he hecho bien, pero tú también me lo has hecho a mí.

Te quiero. Te quiero tanto, Albi.

Cuando despierte te lo haré saber. El miedo ya ha hecho las maletas, y no voy a dejar que vuelva por aquí.

______________________________________

Pues aquí lo tenéis. Espero que os guste y que merezca la pena la espera ( sé que la velocidad a la hora de publicar no es lo mío😅).

Gracias por cada lectura, voto y comentario.

¡Nos vemos!



Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora