Capítulo 6

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POV Natalia
Segundo día de clases y ya estoy deseando que lleguen las vacaciones, qué tostón, de verdad. La de castellano lleva soltándonos la chapa veinte minutos porque ayer nos hizo escribir una redacción en clase y, por lo que veo, no fue muy bien que se diga.

-¡Una redacción! No os pido nada del otro mundo, además, estáis en cuarto de ESO, tendríais que tener ya cierto nivel. La única redacción que se salva es la de la señorita Reche, felicidades, tu forma de expresarte por escrito es exquisita. No puedo decir lo mismo de ti, Lacunza, mi hijo de seis años hace menos faltas que tú- toda la clase empieza a reírse de mí, no lo soporto, tengo que hacer algo para defenderme.

- Al menos yo puedo decir lo que me dé la gana por mi boquita, no me hace falta escribirlo- Oh, oh.

La clase calla de golpe, Alba se levanta de su pupitre y sale de clase. Si las miradas mataran, yo ya habría muerto diez veces por la que me está dirigiendo María, y no me extraña, la verdad, ¿cuándo dejaré de cagarla?

- Carmen, ¿puedo salir fuera para ver cómo está Alba?- pregunta María.

-Está bien, Villar, pero no tardes.

María sale de clase, no sin antes volver a asesinarme con la mirada.

La clase prosigue, o, mejor dicho, la bronca sobre las redacciones prosigue. Pero yo no presto atención, lo único que me preocupa en este momento es que acabo de hacer daño a la única persona que me importa de esta clase, a ver cómo lo arreglo.
Ayer por la noche no podía dormir porque no paraba de recordar el momento que habíamos compartido al piano, y llegué a la conclusión de que Alba despierta algo en mí que no había sentido antes. Cuando me mira, me siento especial, cuando me sonríe, yo sonrío con ella, cuando la tengo cerca, me pongo nerviosa... ¿Estaré enferma?
Bueno, ahora lo más importante es que tengo que arreglar mi metedura de pata, y encima, tenemos que ensayar la canción para la semana que viene, ¡ufff!

POV Alba
Las lágrimas resbalan sin control por mis mejillas. El comentario de Natalia me ha dejado rota. Es obvio que algo me pasa con ella, aún no he olvidado el momento que compartimos ayer, por eso me ha dolido tanto lo que me ha dicho, parecía que habíamos establecido un vínculo especial y lo ha hecho añicos en menos de cinco segundos ¡No tiene ningún derecho, joder! ¡Ella no sabe nada! Encima tendré que practicar con ella... No, no quiero.

De repente María entra en el lavabo donde llevo no sé cuánto rato y me atrae hacia ella, abrazándome.

- Tranquila Alba, Natalia no ha pensado lo que ha dicho. Además, nadie te juzga, ¿vale? Yo sé que tu problema está ligado a tu pasado, y que aún no estás preparada para afrontarlo, pero tengo total confianza en que algún día volverás a hablar. No te estoy presionando ni metiendo prisa, pero si necesitas a alguien, recuerda que yo estaré ahí para ti.

Las palabras de María me reconfortan, ¿cómo puede ser tan buena persona conmigo? Hace un día que me conoce. Supongo que lee mi expresión, porque me limpia una lágrima y dice:

- Cuando ayer te vi por primera vez, supe que eras una persona especial, Alba. Tenías el mismo brillo en los ojos que una persona muy importante para mí, por eso, cuando ese brillo desapareció con la aparición de Natalia, no dudé en ir a defenderte. No pienso dejar que te pase nada,¿ me oyes? A la otra persona no pude protegerla, pero a tí sí.

Vuelvo a abrazarla fuerte, María también tiene un pasado que la atormenta, en cierto modo, ahora me siento más unida a ella.

-Buah tía, qué intenso todo, no puedo aguantar seria tanto tiempo. ¿Nos vamos a tomar algo?

¿Pero esta qué dice ahora?¡Si estamos en el insti!

- No me mires con esa cara, mujer. Yo paso de seguir escuchando a la pelma de Carmen y si nos vamos ahora nadie nos dirá nada, faltan cinco minutos para que se acaben las clases.

¡Cinco minutos! ¿He estado casi media hora llorando? Bueno, pues basta de dramas, me voy con María. Le indico la puerta con el dedo, sonriente. Ella me devuelve la sonrisa.

- ¡Esa es mi Reche! ¡Pirémonos!

Vamos al primer bar que encontramos y María pide por las dos las bebidas y unas patatas. No deja de contarme anécdotas divertidas, ya casi me he olvidado del incidente de hoy cuando noto que me vibra el móvil.

Número desconocido: Alba, soy Natalia, yo...

No quiero seguir leyendo, bastante daño me ha hecho ya hoy, mañana veré qué hago, porque me duele estar enfadada con ella, y no debería, no se lo merece.

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¡Hola a lxs pocxs que quedéis! 😅 Siento la desaparición, intentaré subir capítulos más a menudo pero he tenido una semana complicadilla. ¡Espero que os guste y hasta pronto!

Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora