Capítulo 15

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POV Alba
No sé de dónde saco la voz para decirle a mi interlocutor dónde y cómo ha ocurrido el accidente, pero lo importante es que lo hago.

La ambulancia no tarda en llegar, pero a mí cada segundo que pasa se me hace eterno.
Lo veo todo a cámara lenta.

Ponen a Natalia con delicadeza pero eficacia en una camilla y la montan en la ambulancia, yo subo con ella.

Me duele mirarla, no puedo volver a perder a alguien de esta manera, no otra vez. No sería capaz de salir adelante.

Le agarro la mano y se la acaricio con delicadeza. Una lágrima cae sobre su palma. Es mía, al igual que todas las demás que llevan rato dejando motas en el suelo.

Por fin llegamos al hospital. Bajan a Natalia y yo suspiro aliviada cuando cesa el sonido de la sirena.
Los médicos se la llevan corriendo y yo reacciono de golpe para seguirles el paso.
Vamos dejando atrás habitaciones idénticas por los inmaculados pasillos de color blanco y el característico olor a hospital anega mis fosas nasales.

Llegamos a la zona de urgencias y de repente un médico me frena.

- Tiene que esperar aquí fuera.

Intento replicar, pero mi voz decide no hacer acto de presencia esta vez y me quedo en la sala de espera como una tonta, mirando hacia la puerta tras la que se encuentra mi ilusión, mi alegría, mi esperanza.

Pasado un rato me quedo dormida, hasta que unos brazos me zarandean lo suficientemente fuerte como para que me despierte de golpe.

- ¿Es usted la que avisó a la ambulancia?- Me pregunta una médica joven.

Asiento con la cabeza.

- Acompáñeme por favor.

Me levanto tan rápido que me tambaleo y después la sigo por los pasillos hasta llegar a una habitación en la que se encuentra Natalia.

No me he dado cuenta de que la han trasladado y me culpo mentalmente por haberme dormido.

- La paciente no llevaba ningún tipo de documentación que nos permitiera identificarla, ¿podría decirme su nombre?

Vamos Alba, tienes que hablar. Hazlo por ella.

- Natalia. Se llama Natalia Lacunza.- me sorprendo oyéndome a mí misma.

- Muchas gracias. Vamos a intentar localizar a su familia para explicarles lo ocurrido. ¿O es usted alguna pariente suya?

- No, no lo soy.- digo con dificultad.

- En ese caso esperaré a que venga algún familiar suyo para informarle del estado de Natalia.

Mierda, debería haber mentido.

La médica se dispone a salir de la habitación, pero consigo frenarla a tiempo.

- Disculpe, ¿podría decirme cómo se encuentra?- veo la duda reflejada en su mirada- por favor, es muy importante para mí saber si está bien o no, si le pasara algo, yo...- las palabras salen atropelladas de mi boca, al igual que las lágrimas de mis ojos, otra vez.

- Está bien- acepta la médica finalmente haciendo que pueda soltar un suspiro de alivio.

- La paciente se ha roto la pierna, se la hemos recolocado, pero los huesos tardarán en soldarse. También se ha roto varias costillas, pero no tiene ningún órgano dañado. Saldrá de esta, ha tenido mucha suerte. Ahora está inconsciente, seguramente por el dolor. No tardará mucho en despertar.- cuando termina de hablar una alegría infinita me embriaga y, sin ser muy consciente de lo que hago, la abrazo.

- Gracias.- digo.

- De nada, ahora voy a avisar a su familia, puede quedarse a hacerle compañía, si quiere.

La joven médica sale, ahora sin que yo se lo impida, de la habitación y me deja a solas con Natalia.

Me aproximo lentamente a la cama y me siento en una silla que se encuentra al lado de esta.

La observo detenidamente. Aún con heridas por todo el cuerpo, que ya están tratadas, la pierna escayolada y el tórax vendado, sigue tan guapa como siempre.

Tomo su mano entre las mías.

- Sé que no me estás oyendo ahora mismo, pero yo voy a hablarte igualmente, ahora que parece que puedo hacerlo.-tomo aire y sigo.- me hubiese gustado que mis primeras palabras después de tanto tiempo hubiesen sido dirigidas a ti, o a mi madre, o a mi hermana, o incluso a María, pero no a una desconocida a través del número de emergencias.
Si te hubiera llegado a perder, no sé qué habría sido de mí. Cuando estoy a tu lado me siento querida, comprendida, confiada, feliz, tranquila y nerviosa al mismo tiempo, porque me he enamorado de ti, Nat. Me enamoré de ti casi sin conocerte, pero conforme pasaban los días, me iba enamorando más y más.
Me hubiera gustado decírtelo antes y en otras condiciones. No sé si algún día tendré el valor de decírtelo a la cara estando consciente, ni siquiera sé si sientes lo mismo que yo, pero espero que, sea de la forma que sea, estemos juntas mucho tiempo.- cuando acabo, le beso la mano y una mujer entra en la habitación.

Deduzco que es su madre, así que le cedo mi sitio y se acerca a toda velocidad a ver a su hija. Empieza a acariciarle la cara mientras le susurra:

-Ya estoy aquí cariño, te vas a poner bien, ya pasó todo.- y le besa la frente.

Me dispongo a irme, pero entonces se dirige a mí.

- ¿Tú eres la que ha salvado a mi hija?- me pregunta.

- N-no la he salvado, simplemente llamé a la ambulancia.

- Si a ti eso no te parece salvarla... En fin, muchísimas gracias, te estaré eternamente agradecida.- dice con los ojos brillantes.

- Era lo mínimo que podía hacer. Bueno... Yo ya me voy, la dejo a solas con su hija.

Me dispongo a salir de nuevo cuando oigo un susurro casi imperceptible.

-No te vayas Albi, porfavor.

Me giro de golpe y la veo con los ojos entreabiertos.

Su madre ahoga un grito de felicidad mientras se lanza a abrazarla, pero Natalia suelta un alarido de dolor.

- ¡Mamá! ¡Me haces daño!

- ¡Lo siento! dice mientras se retira rápidamente del cuerpo de su hija.

Luego los noto, sus ojos clavados en mí, como tantas veces antes. Un escalofrío me recorre el cuerpo y me coloco a su lado.

- Nat... Yo... Lo siento. Si hubiese visto el coch- Natalia me coloca su dedo índice en los labios, sin dejarme acabar.

- Albi, no fue culpa tuya, ni mía. La culpa fue del imbécil del conductor. No vuelvas a culparte de esto, por favor, ni de lo que pasó aquel día. Mereces ser feliz.

Sus palabras me conmueven, siempre sabe lo que tiene que decir para que me sienta mejor. ¿Qué he hecho yo para merecer a alguien como ella?

- Albi, una cosa más.- sigue- tienes una voz preciosa.

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Bueno, he sido muuuy light con el drama, podría haber sido peor, juas juas. Pero bueno, bastante mala es la vida real como para que también lo sea en los fanfics.
¡Gracias a todxs y hasta el próximo capítulo!




Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora