Capítulo 14

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POV Alba
Esto no. Esto tampoco. ¿Qué me puedo poner? Voy a llegar tarde a la fiesta en casa de María.
Van a ir sus amigos, algunos de los cuales ya me presentó, los acompañantes de sus amigos y Natalia, es decir, la única razón por la que voy a ir a esa fiesta.

Nada, no se me ocurre nada.

Marina hace rato que me mira divertida desde la cama, pero ha llegado a un punto en el que más que divertida parece estresada.
De repente, se levanta de la cama y con movimientos seguros y decididos coge un vestido negro, unos zapatos de tacón del mismo color y me dice:

- Esto, un moñito, maquillaje y ya está. Perfecta.- me dice.- Que ya me estabas poniendo nerviosa.- me guiña un ojo y sale de la habitación, no sin antes soltar un último comentario.- A Natalia no le importará lo que lleves puesto, sino la persona que lo lleva.

Ojalá, pienso.

Como estoy harta de darle vueltas, me pondré lo que me ha dicho mi hermana, y rápido, que ya voy justa de tiempo y tengo ganas de ir a la fiesta y hablar con Natalia. Sí, hablar. Hablar de verdad.

POV Natalia
Al abrir el armario veo clarísimo lo que voy a llevar puesto hoy: Mi americana lila.
Voy sobrada de tiempo, pero tengo muchas ganas de llegar a la fiesta y ver a Alba, así que no me entretendré.

Presiento que hoy va a pasar algo importante.

Al principio me sorprendió que María me invitara, ya que nuestra amistad había perecido, pero parece ser que este curso se muestra más cercana a mí. Que me haya invitado es una prueba de ello.
No sé qué razones tendrá, pero no me molesta. Éramos grandes amigas y la echo de menos.

Al llegar, la anfitriona me abre la puerta.

-¡Hombre Natalia! ¡Qué puntual!- me dice con una sonrisa.- Alba aún no ha llegado, pero no creo que tarde.- continua sin que ni siquiera me haya dado tiempo a preguntar por ella.

Me siento tentada a decirle que no me importa, que solo he venido por la fiesta, pero ¿a quien pretendo engañar? María me conoce como nadie y precisamente Alba fue la razón que utilizó para convencerme de que viniera.

- Bueno que, ¿entras o no?- me pregunta ladeando la cabeza.

- Sí, sí, claro.- respondo mientras cruzo la puerta.

No es la primera vez que estoy en su casa, pero si la primera vez que voy a una fiesta, así que no sé muy bien que esperar.
La casa está a oscuras, únicamente iluminada por algunas luces de colores y la música suena a todo volumen.
Varias personas bailan, o eso intentan, al ritmo de la música.

Me acerco a unos chicos que hay en la cocina y que están sacando botellas de ¿Alcohol? De la nevera.
María aparece detrás mío.

- María, ¿porqué hay alcohol?¿Cómo lo has conseguido? Somos menores.

A María debe parecerle gracioso lo que digo, porque empieza a reírse.

- Ay Natalia, que inocente eres... La bebida la ha traído mi amigo Pablo, que ya es mayor de edad.

No me parece una buena idea y parece que María lo nota.

- Vamos Lacunza, no me pongas esa cara y... ¡diviértete!

- Espero que sepas lo que haces María.- digo mientras veo como se prepara un buen vaso de roncola.

- Claro que sí, mujeer.- dice tras darle un largo trago a su bebida.

Algo escéptica todavía, voy hacia la entrada para ver si ha llegado ya Alba, o al menos lo intento. Pero me choco con un chico antes de que pueda hacerlo.

Your Voice~AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora