-Matthew ¿Estás bien hermano? –Pregunta Liam agitando una mano frente a mí sacándome de mis pensamientos.
Veo a la joven que aún sigue bajando cajas del automóvil haciendo una gran pila de ellas. Observo que intenta levantarlas sin éxito y en un rápido movimiento me acerca hasta ella para ayudarla sin impórtame menos las exageradas reacciones que está teniendo mi mejor amigo en este momento.
-¿Puedo ayudarte? –Pregunto parado detrás de ella a tan solo unos pasos haciendo que voltee dando un pequeño brinco y alejándose aún más.
-Dios ¿De dónde saliste? ¿Acaso quieres matarme de un susto? –Responde colocando una mano en su pecho donde escucho el latir desenfrenado de su corazón por el susto.
-Lo siento, no era mi intención asustarte.
-¿Qué haces por aquí? –Pregunta a la defensiva.
-Y-yo caminaba, hay un pequeño lago a unos cuantos metros de aquí donde mi padre me llevaba de niño.
-Ya... claro –Responde no tan convencida.
-¿Puedo ayudarte con esto? –Vuelvo a preguntar señalando las cajas.
-Claro, mmm gracias están un poco pesadas –Comenta nerviosa y se queda boquiabierta cuando me ve levantarlas sin un mínimo esfuerzo, ventaja de hombre lobo –O tal vez solo están pesadas para mí, ven sígueme.
-MATE, MATE –Grita mi lobo Mark en mi mente mientras camino detrás de ella hasta la casa.
Es preciosa no voy a negarlo, su forma de caminar es tan relajada y simple, su cabello castaño se balancea de un lado a otro por la suave brisa, es delgada con algunas curvas en su pequeño cuerpo y de una estatura muy inferior a la mía tal vez unos 1,60 centímetros como mucho, sus ojos son de un color chocolate hermoso junto a unas largas pestañas que siento que me hipnotizan, una fina y pequeña nariz armoniza su rostro acompañada de unos tiernos cachetes que por el tono de su piel veo que se sonrojan.
Al entrar en la casa observo que está mejor conservada de lo que se ve por fuera, una pequeña sala es con lo que nos topamos donde dejo las cajas en el piso a unos cuantos pasos de la entrada.
-Gracias por la ayuda.... –Pronuncia esperando que me presente.
-Matthew, Matthew Lewis ¿Y tú eres...? –Respondo extendiendo mi mano en su dirección.
-Madison Lee –Estrecha mi mano y siento una corriente recorrerme por su tacto, su piel es tan suave y delicada, sé que ella también sintió la electricidad ya que veo sus mejillas comenzar a sonrojarse.
-¿Quién es él? –Pregunta una mujer con fachas de zorra bajando por las pequeñas escaleras hasta acercarse a nosotros.
-Hola usted debe ser la señora Lee un placer soy Matthew solo ayudaba a su hija con las cajas –Comento estrechando mi mano con la suya.
-¿Ya terminaste? –Dice observando que no llevo ninguna caja en las manos –Puedes irte.
-Traci –Susurra Madison avergonzada por el comportamiento de su madre –Ven te acompaño a la puerta, gracias por la ayuda.
-Por nada Madison –Respondo antes de coger fuerzas, voltear y caminar lejos de ella.
Al ver que volvió a meterse en la casa me acerco nuevamente hasta Liam y mis soldados sin poder creer lo que acaba de ocurrir.
-¿Qué paso ahí? –Pregunta Liam al verme llegar.
-Ahora no Liam.
-Pero... -Intenta objetar.
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Una Simple Humana
WerewolfLos moustros no existen ¿O si? Son tonterías inventadas para que los inocentes como tú tengan miedo. Pero eso cambio cuando los licantropos llegaron al mundo sin ser reconocidos, camuflándose de todos los que sospechen de ellos. Aunque después de...