Madison
Han pasado tres días desde la ultima vez que vi a Matthew, no he sabido nada de él y agradezco que me haya dado algunos días para procesar toda esta locura. Luego de lo ocurrido el me trajo a casa donde mis padres me regañaron por pasar casi toda la noche fuera aunque no se dieron cuenta que no estaba hasta la hora del desayuno, ahora me encuentro "castigada" juntado todo el reguero de la casa que dejan las personas que dicen ser mis padres.
A pesar de saber que ni Matthew ni sus amigos vayan a lastimarme no puedo estar tranquila, me encuentro tensa todo el tiempo como si esperara que alguien ataque en cualquier momento.
-¡MADISON! -Grita Traci desde el sofá de la sala.
-¿Qué ocurre? -Pregunto al llegar a su lado.
-Tráeme otra cerveza de la nevera.
-¿Sabías que la cocina está a tan solo unos pasos? Puedes buscar tu misma la cerveza.
-No me hables así mocosa insolente y has lo que te pedí ahora -Responde fulminándome.
-Esta bien -Pronuncio cansada de esta estúpida pelea, camino hasta la cocina para buscar lo que me exigió pero al tomar la puerta de la nevera un fuerte dolor de cabeza me invade.
-Madi -Oigo que alguien susurra.
-¿Qué ocurre? -Respondo observando todo el lugar en busca de esa voz.
-Madi, soy Matthew voltea hacia afuera -Comenta nuevamente y rápidamente volteo hacia la pequeña ventana de la cocina observando que se encuentra fuera como dijo.
-¿Cómo es que puedo oírte? -Susurro.
-Los lobos podemos comunicarnos a través del pensamiento -Responde como si lo que acabará de oír fuera lo más normal del mundo -¿Cómo te encuentras?
-Estoy bien ¿Qué haces aquí?
-Quería verte y pensé que podría responder algunas de tus preguntas sobre los hombres lobo -Comenta con una pequeña sonrisa mientras coloca sus manos dentro de los bolsillos delanteros de sus jeans.
-Me encantaría pero estoy castigada, sabes a los padres no les gusta mucho que te ausentes toda la noche.
-Creo que te las puedes apañas para salir por unas horas, te espero en el lago en veinte minutos -Comenta antes de voltear y comenzar a alejarse.
Camino nuevamente hasta la sala para darle la cerveza a Traci sin poder borrar la sonrisa de mis rostro, le notifico que iré a estudiar por unas cuantas horas para un examen que tengo próximamente a lo que ella solo asiente sin preguntar nada. Asisto a clases en línea desde que tengo uso de la razón, mis "padres" nunca me permitieron ir a una escuela normal, tampoco hacer amigos para que no descuide mis obligaciones en la casa como limpiar, lavar, cocinar, entre otras cosas. Matthew es el primer amigo que tengo aunque no lo conozco hace mucho tiempo algo dentro de mí me dice que puedo confiar en él, me transmite confianza y tranquilidad su sola presencia.
Subo hasta mi habitación y cierro la puerta con pestillo como hago siempre para luego acercarme hasta la ventana y salir por ella lentamente bajando por las enredaderas que suben por la pared de la casa, siento mi corazón latir dentro de mi pecho rápidamente por el miedo de caer aunque la altura no sea mucha aseguro que si cayera desde aquí un buen golpe y algún hueso roto claro que me llevaría. Al sentir que estoy lo suficientemente cerca del suelo salto cayendo de pie apenas, comienzo a caminar a paso acelerado hasta el lago volteando varias veces para verificar que nadie en casa me haya visto salir.
-Hola -Susurro con la respiración agitada cuando veo a Matthew frente a mí de espaldas viendo hacia el lago.
-Sabía que lograrías salir -Responde sonriendo mientras tomo asiento a su lado, adoro su sonrisa y los pequeños pliegues que se le forman a los lados casi imperceptibles.
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Una Simple Humana
WerewolfLos moustros no existen ¿O si? Son tonterías inventadas para que los inocentes como tú tengan miedo. Pero eso cambio cuando los licantropos llegaron al mundo sin ser reconocidos, camuflándose de todos los que sospechen de ellos. Aunque después de...