Capítulo 5 -EDITADO

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Madison

-Tranquila, no voy a lastimarte Luna -Susurra esa voz tan conocida.

-¿Matthew? -Susurro confundida -¿Qué haces aquí?

-Necesito disculparme por todo lo que sucedió hoy, el médico, lo que viste en mi oficina no es lo que parece.

-Matthew no tienes que disculparte, bueno por lo del doctor si eres un idiota por eso, pero no por lo que sucedió en tu oficina, yo interrumpí un momento intimo con tu novia.

-No -Espeta separándose unos pasos de mi -Ella no es mi novia.

-Lo que sea, no es mi asunto -Bufo.

-No podría ser su novio, hay otra persona que está destinada para mí.

-Claro.... El destino –Rio alejándome de su lado unos pasos.

-Vayamos a dar un paseo -Comenta tomando mi mano cuando paso por su lado.

-¿Qué? Estás loco Matthew no iré a ningún lugar contigo, apenas te conozco además ¿Viste la hora? Puede ser peligroso -Expreso separando mi mano de la suya.

-Sí que eres difícil mujer -Habla bufando.

-Matthew vete, ni siquiera sé cómo entraste aquí.

Él se aleja de mí para luego caminar hasta la ventana y saltar por ella, ahogó un grito recordando que estamos en el segundo piso, no morirá pero podría llevarse un buen golpe junto con una fractura, corro hasta ella para ver si se encuentra bien pero al acercarme y ver hacia abajo diviso que no se encuentra ahí.

-¿Matthew? -Susurro.

-¿Qué ocurre? -Responde detrás de mí, el grito que tenía retenido en mi garganta desde que me asusto entrando a la habitación sale por el susto, y salto mientras retrocedo intentando alejarme de él, pierdo el equilibrio por un segundo haciéndome caer por la ventana hasta el piso de abajo. El viento sacude mi cabello mientras chillo todo lo que mis pulmones me lo permiten esperando el impacto por unos segundos que nunca llega.

-¿Estás bien? -Pregunta Matthew haciendo que abra los ojos rápidamente y diviso que estamos en el césped lateral de mi casa justo bajo la ventana de mi habitación, y me encuentro en sus brazos.

-¿C-como hiciste eso? Y-yo.... Es imposible –Susurro -¿Qué eres?

-Eso tendrás que descubrirlo tú misma -Sonríe cerca de mi rostro.

Admiro sus ojos por unos segundos que parecen eternos, son de un azul tan claro que aparentan ser grises observo a través de ellos ¿tristeza? No, ilusión y felicidad es lo que veo reflejado en esas hermosas iris tan azules como el agua cristalina del mar o el cielo gris luego de una tormenta, sus ojos comienzan a cambiar a un rojo tan intenso y brillante como la sangre o tal vez sea solo mi imaginación ante tal hipnotismo, coloco una mano en su mejilla apenas rozando su piel con las yemas de mis dedos sintiendo como corrientes eléctricas me abrazan solo con un mínimo tacto contra su piel, intento guardar cada detalle de sus facciones en mi memoria como si en cualquier momento la persona frente a mi fuese a evaporarse para siempre.

Su rostro.... Su rostro es simplemente perfecto, parece un modelo de revista o tal vez uno de esos chicos que aparecen en los libros que tanto me gusta leer, no creí que existieran personas así de atractivas pero aquí está frente a mí, su cabello cae como una cascada de oro cubriendo levemente su frente que se frunce mientras me observa, su mandíbula pronunciada se tensa y relaja aparentando estar en un debate mental consigo mismo para saber cómo proceder, su nariz armoniza su rostro parece un joven duro pero hay algo detrás sus ojos me lo dicen, sus ojos que aún en mi imaginación siguen rojos o eso creo. El me baja de sus brazos cortando el contacto visual que teníamos.

-Tus ojos –Pronuncia en un leve susurro.

-¿Qué tienen? –Pregunto parpadeando rápidamente confundida.

-N-nada -Responde entrecortadamente -Debo irme -Habla rápidamente dando media vuelta y comenzando a caminar en dirección al bosque, sin dejarme articular otra palabra.

-Espera –Respondo adentrándome en el bosque para seguirlo –No me dijiste ¿Cómo me atrapaste desde la ventana?

-Lo dije, tendrás que descubrirlo tú misma.

-Odio los secretos.

-Esa es la diferencia entre ambos, yo adoro los secretos y tú te aseguro que tienes muchos –Susurra volviendo a acercarse, trago grueso nerviosa por su comentario –Y pretendo descubrirlos –Comenta antes de depositar un suave beso en mi mejilla y comenzando a caminar nuevamente lejos de mi adentrándose cada vez más al bosque dejándome aquí parada sin poder articular palabra.

Al cabo de unos segundos volteo y comienzo mi camino nuevamente hasta la casa aún confundida por todo lo ocurrido, esperaba que Matthew responda algunas de mis preguntas por lo que paso en el bosque frente al lago con ese sujeto con colmillos, todo se encuentra muy borroso pero en cambio de eso me dejo aún con más dudas, el también esconde muchos secretos y también pretendo descubrirlos. Cuando llego a mi destino me encuentro con mis ''padres'' sentados alrededor de la mesa viendo cada uno de mis movimientos.

-H-hola-Susurro apenas audible observando sus seños fruncidos al verme llegar.

-¿¡DÓNDE ESTABAS!? -Grita Traci, ese es el único tono que conoce.... Gritar.

-Solo estaba fuera –Respondo en un tono tranquilo y relajado que la enfurece aún más.

-¿Y la cena? -Pregunta arrastrando las palabras en por su ebriedad.

-Estará lista en unos minutos, no soy su criada.

-No le respondas a tu madre –Sentencia Greg.

-Ella no es mi madre al igual que tú no eres mi padre.

-Gracias a dios no lo somos y en poco tiempo cuando cumplas la mayoría de edad podremos deshacernos de ti –Responde Traci.

-Créeme lo espero con ansias –Comento volteando y comenzando a caminar hacia la cocina dando por finalizada la conversación.

-¡NO ME DEJES HABLANDO SOLA MOCOSA! –Grita entrando a la cocina -¿Aún no está lista la cena? ERES UNA INCOMPETENTE - Veo como se acerca a mi lado y toma la olla con las verduras arrojándola contra la pared justo a mi lado.

-¿QUÉ HACES? ¿¡ESTÁS LOCA!? –Grito esta vez yo mientras ella comienza a lanzar todo lo que encuentra a su paso cuando yo por el contrario intento esquivar todo fallando algunas veces logrando salir de ahí y corriendo escaleras arriba para encerrarme en la habitación.

Una Simple Humana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora