La amistad no es algo duradero, ni eterno en muchos casos. La amistad se suele medir en años y no nos suele importar la calidad de esta.
A mí me gusta medirla en intensidad. Me gustan las amistades intensas. Las amistades que aportan. Hay amistades que te aportan reflexiones interesantes y te hacen abrir la mente hacia nuevas cosas y hacia el cambio.
Pero no solo son esas las que hay que apreciar, porque hay otras amistades que simplemente en un momento de bajón te sacan de el con toda facilidad sacándote unas risas o a bailar.
Realmente, lo que más claro tengo es que una amistad, al igual que una pareja, es cosa de dos. No puede ser que uno aporte todo y el otro nada, no funciona así. Al igual que alguien te deja de aportar a ti, tú puedes dejar de aportarle sin pretenderlo.
Además, por esta razón, uno tiene la libertad de alejarse de una persona que pudo ser un gran amigo durante un tiempo, y no tiene porqué tener razones de peso como una mentira o una pelea. Las personas cambiamos, algunas a ritmos diferentes y hacia rumbos distintos. Es por eso que puede ser que tu amigo de la infancia ya no te aporte nada más que recuerdos.
Tenemos que dejar ser libres a nuestros amigos si lo que desean es no estar con nosotros, es su decisión. Y siempre guardarnos todo lo bueno que nos dieron en su momento.
Pero también es importante que podamos elegir a personas que nos aporten y alejarnos de personas que no lo hagan.
Al final, tener amistades sinceras y libres es clave para realizarnos.
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Mi filosofía básica.
Non-FictionTe presento el fascinante, extraño, divertido y caótico mundo de mi cabeza. Aquí dejo mis experiencias y mis aprendizajes. Son solo mis granitos de arena ante las dificultades y lo bonito que tiene esta vida. Todo son opiniones, no es la verdad, no...