|Cap ₂₁|Sin escapatoria.

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Junto a Park, salí de la cafetería. Me había invitado a pasar el rato, quería comprarme un helado, además de unos chocolates. Dice que lo dulce alegra la vida, y la verdad es que tenía razón.

—Por lo poco que me acuerdo de Seúl, ¿aún está esa heladería a la que siempre íbamos? —nos encontrábamos cruzando la calle. Park llevaba las manos en los bolsillos.

—Creo, en verdad no lo sé, no he entrado a ese lugar desde hace mucho...

Me crucé de brazos para tapar mi gran escote, ya que pude notar cómo cada asqueroso hombre que pasaba se me quedaba mirando ahí, además de voltearse para echarle una rápida vista a mi trasero. No es como si tuviera unos hermosos senos, ni tampoco un perfecto trasero, sólo, mis atributos eran algo voluptuosos a comparación de las mujeres coreanas.

—Yo pediré uno de chocolate y vainilla. Tal vez le agregue algunas cosas —ríe, nostálgico.

La última vez que había ido a ese lugar, fue con Jimin. Podía recordar que la gran mayoría de las noches, Park tocaba mi ventana y abría esta última con sumo silencio, pues no sería muy favorable que mis compañeras de cuarto me encontraran fugándome.

Siempre me llevaba a esa heladería. El ver cómo se le caían todos los agregados de su helado, era gracioso. Él siempre pedía de chocolate y vainilla, yo pedía de chocolate con chispitas.

—Disculpe, joven.

Un Chevrolet Camaro color negro se detiene a un lado de la vereda. Con Jimin, nos detuvimos al escuchar tal voz masculina.

—¿Sí, señor? —Park siempre fue educado, era y, al parecer es de un estatus alto, por lo que sus padres lo criaron con mucha educación, aunque no se necesitara tener dinero para ser educado de una buena forma.

Cuando volteé a ver en la dirección en que Jimin se encontraba mirando, pude ver el rostro de ése hijo de puta.

Maldito estúpido.

Perfecto, dos insultos en uno.

Me escondí detrás de Park, aunque él tenía muy bien en claro que yo estaba ahí y por eso se había detenido a nuestro lado. Para molestarme. 

—Policía —muestra su placa, la cual albergaba en una pequeña cartera—. ¿No reconoce a esta chica? —toma una fotografía tamaño promedio del asiento a su lado, y se la tiende a Jimin, el susodicho la recibe amablemente.

Pude fijar mi vista en la fotografía.

Mierda. Mierda.
Mierda.

Lo que no sabía Park, es que me había vuelto en una maldita criminal-roba-bancos. Jimin negó con la cabeza y se la tendió nuevamente a Jeon. Éste la recibió y dejó nuevamente a su lado.

—Muchas gracias. ¿Podría hacernos el favor de avisarnos por si la ve? Ha robado cinco bancos este año, el último fue el mayor de todos.

—Claro, los llamaré.

El Camaro se esfuma de nuestras vistas, junto al mal nacido dentro.

—Jimin...

Park estaba aún de espaldas. Suspira pesadamente, y voltea para mirarme, lo más raro de esto, era cómo se encontraba con una inmensa sonrisa.

—Vamos, quiero un helado —sonríe, provocando dos líneas en sus ojos.

—¿Eres tonto? —caminaba un poco más atrás de él, mientras el mismo silbaba una melodía.

—Ey, no soy tonto —seguía caminando por la vereda.

—Entonces, ¿por qué no dices algo al respecto? ¡Sabes perfectamente que a quien buscaba era a mí! —exclamo—. Jimin, dime algo al menos. Menciona lo mucho que estás decepcionado, no lo sé, algo, por favor.

Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora