|Cap ₃₆|Plena.

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Me había quedado perpleja, no podía analizar todo. Jungkook me abrazaba sin soltar mi cuerpo, ni un sólo segundo.

—Vamos, di algo... —apegó sus labios a la piel de mi cuello.

—Jungkook, yo también te extrañé —éste mismo sacó su cabeza de donde yacía, dedicándome una risueña sonrisa—. Aun así, no debiste traerme de esta forma a tu departamento. Está mal — su sonrisa se fundió.

—Si te lo decía por las buenas, jamás hubieras venido.

—Claro que no. ¿Por qué debería venir a tu departamento?

—A besarme, quizá... —desvió la mirada, cabizbaja.

—No, Jungkook. No podemos besarnos cada que nos vemos. Debemos controlar eso.

—¿Tú lo puedes controlar? —su abrazo aumentó la fuerza.

—Claro que puedo, no eres una gran tentación.

Vaya mentira. 

—Vaya... No soy una gran tentación —Jeon dejó de abrazarme, para próximamente llevar sus dos manos a su camiseta, empezó a subir la misma, dejando a la vista su marcado y duro abdomen—. ¿No te tiento, ___? —tomó mi muñeca derecha, y la dejó posada en su abdomen.

—¡No hagas eso! —retiré mi mano rápidamente.

—¿Qué cosa? ¿Hacer que me toques? —yo asentí, mirándolo a los ojos—. Pero... ¿Eso no es lo que quieres? —aún seguía con su camiseta arriba.

—No, no es lo que quiero —fruncí medianamente el ceño.

—Sólo mírate —bajó su camiseta, para pronto llevar sus manos a mis mejillas—. Se me haces tan adorable cuando te enojas —apretó mis dos mejillas.

—Ey, no hagas eso —quité sus manos.

—¿Por qué no? Tus mejillas son preciosas —llevó nuevamente sus manos a las susodichas.

—¡Jungkook, detente! —se me escapó una risa, volteando sobre mis talones, para luego correr por el departamento.

—¡Oye, no te escapes de mí! —comenzó a correr detrás, aunque claro que él era más rápido.

Empecé a correr en círculos, rodeando la pequeña mesita de centro, la cual albergaba situada en el living. Jungkook yacía al otro lado de la mesita.

—Oh, no bebé —me observaba a los ojos, tenía los brazos extendidos, queriendo acorralarme.

—¡Jungkook! —reí.

—¡___! —imitó mi voz, pero más exagerado, así como un chillido.

De pronto, salí de mi lugar, corriendo directo a alguna de las habitaciones. Jeon no lo dudó, y corrió detrás de mí, entre risas.

Mierda, la habitación de Jungkook.

Entré directamente al baño, observé a todos lados, muy rápido. No tenía tiempo para pensar en algo mejor. Hice el amago de meterme a la ducha, la cual tenía una puerta corrediza, cerré ésta y dejé mi espalda pegada a la fría pared, sin antes quitarme los zapatos. Mi corazón latía sin control, sonreía sin saber el porqué, tal vez porque Jungkook corría detrás de mí con diversión. Extrañaba sentirme así.

Pasaron sólo unos escasos segundos para que Jungkook entrara en el baño.

—Te encontré... —canturrió, y prendió la luz del baño.

Toqué mi pecho, éste estaba agitado, mientras no se desvanecía la sonrisa de mi rostro. ¡Yo no debería estar sonriendo así!

Pronto, pude ver cómo Jeon abrió la puerta corrediza, dejándome ante su vista. El castaño quitó sus zapatos y entró, cerrando la puerta a su paso, quedando frente a mí, no dijo nada, sólo me miraba como hace unos minutos atrás. Pasó una de sus manos detrás de mí, pero no para tocar mi espalda, sino para encender la ducha en modo cálido.

Di un pequeño saltito al sentir el agua mojarme de inmediato. Sentí cómo mi ropa se empapaba demasiado rápido, bajé la vista para ver mis pantalones, luego la levanté para observar los ojos de Jungkook, éste último examinaba con determinación cada parte de mi rostro, ya no sonreía y aquello me inquietaba.

Su camiseta se pegaba a su abdomen, dando a resaltar sus abdominales. Su rostro yacía empapado. Sólo se escuchaba el agua correr y correr, más que nuestras respiraciones.

—___... —su rostro no se encontraba del todo serio, sin embargo, no podía definir una palabra para lo que éste me transmitía.

—Jungkook... —tragué saliva. Nuestros cuerpos no se tocaban ni un centímetro, aunque eso era lo que anhelan mis impulsos.

—Te quiero.

Mierda.

—Jungkook —suspiré, y lo miré, él mordía su labio menor con nerviosismo, esperando una respuesta por mi parte—. Yo también te quiero.

No dijo nada más, sólo se acercó a mí, me levantó de las piernas, así rodeando sus caderas, mi espalada apegada a la pared. Sonrió y acercó sus labios a los míos, dejando un escaso beso y a la vez formando un chasquido dentro del lugar. Sonrió frente a mi boca, juntó nuevamente sus labios con los míos, movió éstos con sutileza, tomó fuerte de mis caderas, yo acariciaba sus hombros.

El castaño había formado un afán con apretarme y yo no pensaba quejarme.

Jungkook me bajó de sus brazos, así quedando parada frente a él. Quitó su chaqueta, luego tomó los costados de su camiseta y los subió, quedando embobada ante su duro abdomen mojado. Tiró la camiseta al suelo, tomó mis dos temblorosas manos y las dejó en su pecho.

Mis manos se encontraban quietas, por lo que Jungkook las guio, bajando hasta llegar casi a su pelvis. Éste soltó mis manos, para dedicarse a quitar mi ropa, que por cierto, estaba con una chaqueta que ahora se encontraba empapada. Perfecto.

Quedé nada más en sostén y pantalón, claro que no por mucho, ya que Jungkook hizo el gran amago de llevar sus manos al cierre de mi jean y detener su acción repentinamente. Subió su vista para chocar con la mía, y hundir sus ojos como los de un cachorro, algo así como si estuviera pidiendo permiso para quitarme la ropa, esperó hasta que yo asintiera, para después bajar por completo mi prenda de ropa. Yo no hacía nada, por lo que Jungkook habló.

—Hazlo... —dejó mis manos en el cierre de su pantalón.

Con mis dos manos, bajé la cremallera de su prenda, teniendo a la vista el elástico de su bóxer color negro. Posé mi mano derecha en su pelvis y ahí froté la zona con fuerza, teniendo mis ojos en los del castaño. Él sólo pudo botar un pequeño jadeo.

Me acerqué a su pecho y repartí pequeños besos por aquella parte de su cuerpo, él acariciaba mi espalda con delicadeza. Rodeé su cuerpo con mis brazos, mientras descansaba mi cabeza en su pecho.

El agua caía y caía, el calor había empañado la puerta corrediza, la cual era de vidrio.

El afecto que me entregaba Jungkook era más que suficiente para sentirme plena. Su cuerpo me reconfortaba más que otras veces, esta vez sentía que era diferente, no sabía por qué, sólo lo sentía, y a la vez comenzaba a aterrarme, supongo porque había confesado a quererlo, por muy incorrecto que fuera la idea.

Besó mi cabeza, causando cerrar mis ojos al contacto. ¿Así era sentirse tan querida?

—___... —susurró en un llamado.

—¿Sí? —acaricié su pecho con mi nariz, de lado a lado.

—Me gustas, más de lo que crees.



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Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora