|Cap ₄₇|Salvación.

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Me sentía asqueada, engañada, triste. Destruida en su totalidad.

Jungkook nada más me observó a los ojos por unos segundos, sin hacer nada, sólo en su posición. Mi vista se tornó borrosa, pero mi ser no quería hacer un alboroto. Yo a Jeon lo había comenzado a odiar desde aquel mismísimo momento, y ni si quiera una explicación podría cambiar ese hecho.

Toda esta semana había querido hacerme la idea de Jungkook salvándome de las rejas. Mantuve mi confianza en él, pero... ¿Cómo confiar en alguien que te engaña frente a tus ojos? ¿Cómo confiar en alguien que te clava el cuchillo por la espalda? Eso había hecho Jeon, me había traicionado.

Me dolía mi píe, pero no tanto como para querer sacarme el yeso y noquear al castaño con eso mismo.

Jungkook acomodó la ropa que minutos antes Hara intentaba sacar, dejó de mirarme para mirarla a ella y negar con la cabeza mientras ésta sonreía. Finalmente, y aunque creí que diría algo más que mi nombre, sólo abrió medianamente sus labios y salió de la habitación.

No le quise mirar ni un segundo más la cara de hipócrita a Hara, así que nada más caminé a mi cama, ahí acomodé mi píe para no sentir más dolor. Me quedé observando el techo, el cual tenía marcas de humedad. Quité la almohada de mi cabeza y la coloqué en mi abdomen, para así abrazar algo.

No me había dado cuenta de mis lágrimas, hasta que sentí humedecerse la piel de mi cuello. A penas pestañeaba, por lo que mis ojos ardían. Mi corazón quería gritar, salir corriendo de esta habitación de metro cuadrado, abrazar a Hwasa y darle la razón ante todo. Y es que ella me advirtió de los corazones rotos, y que no hay que forzar lo imposible.

Jungkook siempre fue un caso imposible, y por fin lo comprendo.

—Tenías razón...





•••





Despierto gracias a una molestosa y ruidosa alarma. 

—Levántate, vinieron por ti —abrí los ojos, para encontrarme con el chico de tiernas orejas.

—No tengo familia, no sé de qué hablas —la verdad es que Hwasa y Solar son mi familia, pero sería imposible su llegada aquí, a menos que las arresten.

—Lo sabrás cuando te levantes.

—No quiero ver a Jungkook —me senté en la cama, con los pies en el suelo. Esperando la respuesta de Chanyeol.

—No lo verás, te lo prometo.

—Si mientes... —me levanté y tomé el bastón que la cárcel me había dado como pequeño derecho, por mi discapacidad—. Te corto los testículos.

Rodó los ojos.

—¿Te ayudo?

—Puedo sola —salí caminando de la celda, con ChanYeol detrás de mí.

Entramos al ascensor y bajamos al segundo piso, donde al parecer me encontraría con alguien. Habían venido por mí, eso era lo que importaba.

—Por aquí —pronuncia.

Abrió una puerta, donde caminé detrás de él. Era un cuarto personal de visitas, en el cual había una ventana con vista al estacionamiento.

La luz.

En la habitación estaba situada una mesa, en ella se encontraba una persona.

Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora