Esa noche el castaño durmió aferrado a mi abdomen. Le había pedido entre lágrimas que no me soltara por nada del mundo, y que ahora más que nunca necesitaba de su cercanía. Él depositó un beso en mi frente antes de dormir, seguido de un: Nunca los dejaré.Él ya había empezado a dirigirse a mí como dos, tratándose del bebé, y pues nada más habían pasado cuatro meses desde ese día en la clínica, el cual el mundo se me caía a pedazos.
Hoy Jungkook había ido a su trabajo. Últimamente nadie podía quitarle la notable sonrisa de su rostro, pues él era el más feliz con la noticia que había cambiado nuestras vidas por completo.
Comenzaba a darle apodos al bebé, como; galletita junior, pequeña kookie, atraca-bancos-junior, aunque el último nombrado no me parecía gracioso, a Jungkook le gustaba mucho y se había convertido en el apodo que más usaba para dirigirse a nuestro hijo.
Mi abdomen había crecido algunos centímetros, aunque nadie más lo notara a parte del castaño y yo.
—¿Vas a querer que vaya contigo a comprar? —aparece solar en la sala principal.
—Puedo sola. Estoy embarazada, pero no parapléjica —tomé las llaves de uno de los deportivos y bajé escaleras para entrar al garaje.
Salí de casa, en marcha hasta alguna tienda cerca de casa, aunque para algo que estuviera cerca, tendría que viajar por lo menos una media hora, pues nos encontrábamos apartadas del mundo ajeno, sin embargo, con una rápida velocidad sólo tardaría veinte minutos en llegar al centro de Seúl. Sin embargo prefería ir lento, por el bien de la criatura que llevaba dentro de mi cuerpo.
Jungkook sólo había vuelto a su departamento a buscar ropa y sus pertenencias, pues por nada del mundo quería pasar más tiempo ahí. Sabía con perfección cuál era el estado mental de Jeon dentro de estos últimos meses, y aunque él me negara rotundamente lo que en realidad pensaba, él por dentro moría y yo lo sabía.
Jungkook no quería preocupar más mi vida con su dolor constantemente, causante por la muerte de su amigo y hermano postizo a la vez. Su corazón dolía y no permitía ser ayudado por mí. Él negaba el sufrimiento que cada día rondaba sus pensamientos, y eso me preocupaba aún más de lo que él creía.
He tratado no sentir tristeza, sólo por nuestro bebé. He tratado de evadir el tema mental del castaño como él quería, por nuestro bebé. He tratado de amar este gran paso de mi vida, por nuestro bebé.
Jungkook repite día a día que este bebé es un tesoro el cual nos regala la vida, y nada más nosotros sabemos y debemos de cuidar.
El castaño era un ángel caído del cielo por pensar cosas tan hermosas en medio de estas circunstancias en nuestras vidas.
Doblé en una esquina al ver un negocio justo en esa cuadra. Estacioné el auto en la vereda y saqué la billetera y mi celular, el cual justamente empezaba a sonar.
Miré la pantalla y sonreí.
—¿Hola, Jungkook?
—¿Cómo están?
—Estamos bien —toqué mi vientre y suspiré, mirando por la ventana—. He venido a comprar algunas chucherías.
—¿Sola?
—Sí —conocía la retada que me llegaría.
—¿Qué hablamos sobre estar sola? Hablé con tus amigas, se supone que ellas te acompañarían hasta a la taza del retrete cuando yo no esté.
—Jungkook, sólo vine a comprar, no es nada, lo juro, tranquilo —esbocé una sonrisa divertida.
—Está bien, pero compra y te vas, promételo.
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Poles Apart | JJK [+18][✔] ©
FanficQué excitante se vuelven las palabras; policía y criminal dentro de una misma frase. Sobre todo si Jungkook lleva consigo esposas para atrapar a la criminal más buscada de toda Corea del Sur. ¿Hasta qué punto llegarían por escapar de sus prejuicios...