Poles Apart | JJK [+18][✔] ©

|Cap ₄₉|Mi primer amor.

—¿Qué fue lo de hace unas horas? —Park se encontraba parado frente a mí, yo me había sentado en el borde de su cama.

Sí, me trajo a su departamento cerca del centro de la ciudad.

—Nada, sólo tuve uno de esos viajes con mi mente —no me atreví a mirarle el rostro.

—Te creería si al menos me miraras a los ojos cuando hablas —él sabía cuando mentía, obvio, me conocía.

—Está bien... —dejé salir aire—. Era él... —esta vez hicimos contacto visual.

—¿Jeon Jungkook? ¿Hablas de él? —asentí—. ¿Estaba solo?

—Mmh... —negué con la cabeza. Mis ojos se cristalizaban.

—Oh, nena —caminó hasta mi lugar, ahí atrajo mi cabeza a su abdomen y acarició mis cabellos. Rodeé mis brazos por sus caderas y me eché a llorar.

Patética.

—¿Aún duele? —preguntó, con respecto a mis sentimientos.

—Como si fuera ayer... —cerré mis ojos y traté de respirar mejor.

—___, no llores más —me tomó de las manos y levantó mi cuerpo de la cama—. Escucha esto —movió los cabellos que estorbaban en mi rostro, para luego secar las lágrimas que albergaban bajo mis ojos—. No vale la pena —negó con la cabeza y dijo—. Una vez leí... Si la persona que amas se convierte en la causa de tus lágrimas, entonces ahí no es.

—También lloré por ti... Cuando éramos adolescentes, y te fuiste. Dolió... mucho. Entonces... ¿ahí tampoco era? —Jimin cerró sus labios y tomó mis mejillas.

Negó con la cabeza lentamente. Observó mis ojos y respondió:

—Nunca lo sabré... Mi gran error fue irme sabiendo que la dueña de este corazón... —posicionó la mano en su pecho—. Eras tú.

Apreté mis labios.

—Te odié... Jimin. Te odié por haberme enamorado de ti y luego presenciar cómo te fuiste del país.

—¿Aún me odias?

—No...

—¿Cómo lo sabes?

—Porque ya no somos niños.

—Aún lo somos —tomó mis mejillas, acercó rápidamente su rostro al mío y besó mis labios cálidamente, por unos segundos.

—¿Qué haces...? —cuestioné, cuando éste separó sus labios unos centímetros, sin dejar de tomar mis mejillas.

—Algo que me está volviendo loco.

Oh, mierda.

Esta vez yo me había abalanzado sobre sus labios, besando delicadamente la fina capa de aquellos que eran tan suaves y delicados.

Necesitaba cariño, ser querida. Quería que Park Jimin me quisiera, al menos por este día.

—Jimin... —me separé un poco de él—. Yo, yo no te amo.

—No tienes que decirlo... —me miró tan profundamente, pasando la yema de sus dedos por mi rostro—. Lo sé...

Necesitaba saberlo.

—Gracias —salté nuevamente a él, para que así éste me tomara de los muslos y poder enrollarme en su cintura.

Abrí mis labios y lo besé con ferocidad. El castaño caminó al baño de la habitación, abrió la puerta de la ducha y prendió el agua caliente. Me soltó, dejándome parada frente a él, sonrió frente a mis labios, para luego alejarse y abrir un cajón del mueble que estaba al lado del retrete. Sacó un sobre pequeño, claramente trataba de un condón. Entró a la ducha, sin antes quitar su camiseta y pantalones.