|Cap ₂₄|Cállame.

30.2K 2.5K 698
                                    


Jeon vivía en un departamento, del cual no quería tener ni un pie dentro. Porque de ninguna forma entraría a un lugar sola con él. En mí aún concierne la escena de la semana pasada, definitivamente no querría volver a tenerlo cerca.

—Entra —Jungkook me estaba incentivando la entrada, recargado en el marco de la puerta. Yo me encontraba parada en el pasillo, cruzada de brazos.

—N,O. No —era la quinta vez que me negaba contra su petición.

—Hazlo, ahora. No tenemos toda la noche —suspiró, con clara pesadez.

—No quiero, tengo que irme —me di la vuelta para caminar por el largo pasillo del edificio.

—Oh, no —Jungkook se adelantó a mi paso, posicionándose en frente de mí—. Tú no te largas de aquí.

—Claro que me iré, no puedes decirme qué o no hacer —con mi dedo índice di pequeños golpes en su frente.

Sin más, lo rodeé, siguiendo mi camino.

—Si te vas... —detuve el paso—. Te arrestaré, junto a tus amigas.

Si lo decía él, sonaba peor de lo que me imaginaba. Lo incité reiteradas veces a que me arrestara de una vez para terminar todo esto, sin embargo, nunca lo hizo. Razones por las que no sé, tal vez sólo quería entretenerse conmigo. Ahora que lo pensaba con claridad y teniendo la mente en blanco... No podía hacerle esto a Hwasa y Solar.

Ellas no se merecían la cárcel, no eran malas personas, sólo robamos porque eso es lo único que sabemos hacer. Nadie nos enseñó qué estaba mal y bien.

Por mi maldita culpa, mis amigas al igual que yo, iríamos a la cárcel, a pudrirnos hasta la muerte o simplemente hasta que nos liberen, dependen los años que nos den. Si pensara fríamente, no me importaría en lo más mínimo. En realidad, ni si quiera lo pensaría dos veces, le diría a la cara que nos arreste. Sin embargo, este no era el caso.

Me di la media vuelta sobre mis talones, caminé hacia él, quien mordía sus labios con nerviosismo. Estaba molesta por su irritante voz, al mismo tiempo en que trataba de dominar mi persona.

—NO —escupí en su cara esa única palabra. Lo observé desafiante.

—¿Tienes miedo? —sonrió, irónico.

Ignoré sus palabras, me di la media vuelta y caminé en dirección opuesta.

—Oh, ya sé... —rió con gracia, yo seguía caminando a paso lento—. ¿Cómo no me había dado cuenta? —paré en seco—. Tienes miedo de lo que pueda ocurrir en la cama de mi habitación. Tienes miedo que te amarre a las esquinas de mi cama, que penetre tu anatomía con dureza, que te rompa el labio al morderlo con tanta fuerza... ahora, dímelo. ¿Tiene miedo mi prófuga?

Jamás lo había pensado de esta forma. No lograba estar al lado de Jeon por esa minúscula razón, la cual define nuestras acciones repentinas. Cada estimulo causado por nosotros mismos, nos lleva al infierno de la maldita atracción. Porque sin pensarlo, Jungkook con su desagradable y estúpida presencia, me regalaba placer.

Su voz, sus redondos y oscuros ojos que me analizan con cuidado, con sólo una mirada podía percatarme de lo que llevaba pensado.

Nuevamente, me había dado vuelta, teniendo una sonrisa irónica. Me molestaban sus expresiones.

—¿Miedo? —cuestioné al llegar a él—. Jungkook... ¿Puedes darme la definición de miedo?

—Deberías saberla... 

—Qué pena, no la sé —golpeé despacio su pecho, unas tres veces.

—Tal vez la que sentías hoy, al correr junto a tu novio de mí —esquivó la mirada. Las venas de su tonificado cuello sobresalían.

—Oh, ya veo... ¿Cómo no lo había visto antes? —sonreí, sin gusto de agrado—. Tienes metido en la cabeza a Park, y sólo lo conociste hoy. Te imaginas a Jimin junto a mí, arrugando las sábanas de mi cama, esa misma cama en la que hicimos tú y yo un quema ropa. Te choca la idea de que haya gemido el nombre de Park por toda mi casa, que lo hayamos hecho en distintas poses. Que a él no lo haya rechazado como a ti. Tu cuerpo demuestra la furia, Jungkook. Te enfurece lo que te acabo de decir... ¿Verdad, policía Jeon? ¿Me equivoco?

—Te equivocas. ¿A qué quieres llegar con todo esto? —sus manos yacían tensas a los lados de su cuerpo. Había alzado la voz un poco más de lo normal.

—¡¿A qué quiero llegar?! —subí mi tono—. ¡Estás loco, no sabes lo que quieres! ¡Eres un maldito bipolar! ¿Sabes qué? VETE A LA MISMÍSIMA MIERDA —lo observé con enojo.

—¡Tú vete a la mierda, ___! ¡¿No te das cuenta de lo que traes puesto?! TODOS LOS HOMBRES TE COMÍAN EN SUS FANTASÍAS.

—¡Perfecto, qué bien que me piensen, que tengan pensamientos sucios conmigo! ¡¿Y ESO A TI QUÉ?!

—¡No puedes andar por ahí sin cuidado, te pueden arrestar, tuve que dejarle la noche libre a mi amigo para que no te reconociera!

—¡Pues no lo hagas!

—¡Ahora me arrepiento!

—¡¿De qué te sirve el arrepentimiento?! ¡Lo hecho, hecho está!

—¡Pues vete de aquí sin que te espere una patrulla de policías afuera, vete esquivando a los violadores que hay por la calles! ¡Con tu atuendo hasta provocas al maldito gato de la esquina! ¡Por Dios, mujer! —Jungkook caminó apresurado a la pared del largo pasillo, dejó caer su frente en esta última. Irritado, revuelve sus cabellos.

—¡¿Por qué mierda te preocupa que me deseen?!

—¡Porque yo nada más puedo hacerlo! —se dio la vuelta y caminó hacia mí, apuntándose a sí mismo con referencia a sus palabras.

—¡Deja de decir estupideces! —lo enfrenté—. ¡Apenas me conoces!

—¡¿Son estupideces?! —fruncido de ceño, enojado.

—¡Todo lo que dices es ridículo!

—¡Tú eres la ridícula! —su mandíbula estaba demasiado tensa. Cada palabra que salía de sus labios, en definitiva venía con una descarga de furia.

—¡Cállate! —nuestros rostros estaban a escasos centímetros, luchando por quién gritaba y se enfrentaba con más autoridad.

—¡Cállame, cállame a besos! —dijo, sin un poco de vergüenza.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Poles Apart | JJK [+18][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora