Mi Último Cigarro.

Capítulo XV

Capítulo XV: “Afectados”

Roger estaba sentado en una camilla frente al médico esperando alguna indicación del mayor.

Su padre termino de contarle al médico lo que le había sucedido al menor.

El profesional revisó con sumo cuidado las heridas en el cuerpo del menor.

Roger solo se mantenía en silencio y seguía las indicaciones del mayor.

Después de unos minutos el profesional miró a Roger y suspiro.

— Siéntate aquí –le indicó un banquillo que había a un costado del profesional.

Roger de manera lenta bajo de la camilla y se sentó en el lugar indicado y miro a su padre con nerviosismo.

No había vuelta atrás.

El médico rodeo el brazo izquierdo de Roger con una bandilla y le pidió que hiciera fuerza.

— Muy bien –dijo al ver como las venas se marcaban en el brazo del rubio.

El médico limpio con un algodón bañado en alcohol la zona y saco una jeringa.

— Mira a tu padre –le indicó el hombre.

Roger giró su rostro hacia su padre y después sintió como la ajuga se enterraba en su piel.

Sin obedecer por completo la indicación del mayor, Roger giró su cabeza y miro como la sangre era sacada de su brazo.

Su corazón latió rápidamente y su respiración se aceleró demasiado al mirar como la aguja fue retirada de su extremidad.

Sin previo aviso Roger cayó inconsciente.

-

John miró por la ventana como su hermano bajaba del automóvil con ayuda de su padre y rápidamente se preocupó.

Espero hasta que estuvieran dentro de la casa y después ayudo a su padre a llevar a Roger a su habitación.

Cuando salieron de la habitación, John miró a su padre.

— ¿Qué le pasó? –pregunto.

— Al parecer los nervios y la presión lo traicionaron y se desmayó poco después de que le sacarán un poco se sangre, afortunadamente no fue algo grave –dijo el mayor.

John asintió.

— ¿Cómo está tu madre? –pregunto su padre.

— No ha salido de su habitación en toda la mañana, Clare intento darle de comer, pero no lo logro... –suspiro– todo esto le está afectando mucho –dijo el menor.

— Les va a ser muy difícil superar esto –dijo el Taylor mayor.

John iba a hablar, pero tocaron la puerta.

El mayor camino a la puerta y la abrió, encontrándose con un joven alto y de cabellera rizada.

— Buenos días –saludo Brian.

— Buenos días, ¿Necesitas algo? –pregunto amablemente el mayor.

— Eh... ¿Se encuentra Roger? Me gustaría verlo –dijo el rizado estando totalmente nervioso.

— ¿Quién eres? –pregunto el mayor.

— Ah... Disculpe, soy Brian May –dijo educadamente el rizado.

— ¿May? –pregunto extrañado el mayor.

— Brian Harold Mercury May –respondió.

El hombre rápidamente supo quién era ese muchacho así que lo dejó pasar.