Capítulo I

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Capítulo I: “Nadie”

Podía sentir como el humo entraba en su cuerpo y viajaba por su garganta, tráquea y pulmones y volvía a salir.

El frío le causaba un ligero entumecimiento en punta de los dedos y que en la punta de su nariz se colocará un color rojo y sus mejillas se pintarán de rosa por un pequeño rubor.

Sus ojos azules analizaban lo que había frente a él, la preparatoria, no quería entrar, pero debía hacerlo, sino su padre le castigaría, aunque eso no le importaba mucho, solo quería evitar problemas.

Apagó su cigarrillo y lo tiro al depósito de basura que estaba a su lado, camino hasta la entrada del edificio, acomodó su cabello y sus prendas y entro.

Camino por los pasillos, lo cuales estaban solitarios y no era algo que le importara, él estaba metido en su mundo, ignorando todo a su alrededor hasta que le hicieron detenerse.

— Taylor, nuevamente tarde –se escuchó una voz detrás de él.

El rubio suspiro con cansancio y se giró.

— Lo siento, profesor Smith, tuve que llevar a mis hermanos a su colegio –dijo mirándolo.

No mentía, pero sabía que el profesor no le creería.

— Es la séptima vez que dice eso, Taylor... Sabe que está en problemas ¿Verdad? –pregunto el mayor– y eso requiere un castigo –dijo.

— ¿Y ahora que será? ¿10 planas de “no debo llegar tarde” o la limpieza de los baños? –pregunto el rubio con aburrimiento.

— No, esta vez me aseguraré de que aprenda una lección y ya sé como lo haré –dijo mirándolo.

— ¿Cómo? –pregunto el menor.

— Señor Taylor, usted no solo cuenta con retardos, sino también con bajas calificaciones, así que lo mejor será que se le otorgue un tutor –dijo el mayor.

— ¿Y si no quiero? –pregunto el menor retándole.

— No se puede negar joven Taylor, se quiere graduar, tiene que aceptar –sentenció el hombre.

— ¡Eso es chantaje! –protesto Taylor.

— No, no lo es, se llama negociación –respondió el hombre.

— ¡Negociación! ¿Y yo que ganó? –pregunto con gran enojo el rubio.

— Su certificado de estudios –respondió el hombre.

Y rubio se encontraba muy molesto, pero finalmente accedió, sino tenía otra opción.

— Se le otorgará la tutela de un estudiante mayor, hasta entonces solo esperé el llamado del director –informo el hombre antes de irse.

El rubio camino hasta su aula, donde se encontró con todos compañeros.

Tocó la puerta y el profesor le abrió.

— Joven Taylor, tarde nuevamente –dijo antes de permitirle la entrada.

Roger asintió y suspiro, ¿qué acaso ese era el día de decir lo obvio?

Se sentó hasta el final, sacó su libreta e hizo algunos “apuntes” ya que estos eran mayormente garabatos.

La campana resonó por todo el edificio, cambio de clase, tomo sus cosas y salió del salón, cuando estaba a mitad del pasillo alguien le choco e hizo que se cayera su libreta, miró hacia quién había sido y se encontró con un pelinegro.

— Ten más cuidado, Taylor –se escucho la voz del mayor.

— ¡Tú, ten más cuidado, Mercury! –respondió sonriendo, antes de recoger su libreta.

Mi Último Cigarro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora