Capítulo IX

187 18 1
                                    

Este capítulo se adapta 6 meses después de la pelea con James... y John no ha dejado de verse a escondidas con él.

Capítulo IX: “Felicitaciones”

Roger y Clare estaban en la sala de su casa, mientras John estaba encerrado en su habitación, sus padres se habían ido nuevamente de viaje por trabajo.

John hablaba muy poco con Roger, solo lo necesario y ya no pasaba tanto tiempo con Clare, el rubio nunca tuvo el valor para decirle a sus padres lo que estaba pasando con su hermano y al igual que no tuvo el valor para contarles lo que pasaba con Brian.

Brian entro sin tocar y fue hasta la sala donde vió a su novio tendido en el sofá y a su cuñada sentada a su costado.

— Hola Bri –saludo la menor y Roger solo movió su mano con pereza.

— Hola querida, ¿Qué tal todo? –saludo el rizado.

Brian se acercó y beso la mejilla de su novio.

— Lo tengo –dijo Brian emocionado.

Y frente a ellos dejo un gran estuche negro.

Ambos hermanos miraron al mayor con emoción y Roger rápidamente se levantó y se arrodilló frente al estuche, lo abrió con cuidado y sonrió.

— Le va a encantar –dijo el rubio y su hermana y novio asintieron.

El rubio volvió a cerrar el estuche.

— Hay que entregárselo –dijo el mediano emocionado.

— Claro... Pero antes... Esperen aquí –dijo Brian saliendo de la casa.

Los hermanos se miraron sin entender y esperaron al mayor.

Brian regreso con otro estuche y se lo entrego a Clare.

— Feliz cumpleaños, querida –dijo con una sonrisa.

La joven tomo el estuche, miro a Brian quien la alentaba y lo abrió.

Se encontró con una hermosa epiphone acústica negra, la cual tenía su nombre en grabado la parte superior del clavijero en color plata.

— Brian... ¡Gracias! –dijo la menor abrazando a su cuñado.

El rizado solo asintió y se separó de la menor.

— Vamos –dijo el rubio tomando el primer estuche.

Todos siguieron al rubio y se pararon frente a la puerta de la habitación de John, Clare tocó y habló.

— John... –lo llamo.

— ¿Qué? –pregunto John con voz fría.

— ¿Puedo pasar? –pregunto la castaña.

— Sí –respondió su hermano.

La castaña abrió la puerta cuando entro escucho nuevamente la voz de su hermano.

— Él no –dijo refiriéndose a Roger.

Mi Último Cigarro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora