Capítulo XX

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Capítulo XX: “El final de un comienzo”.

(3 años después)

Un joven servía el desayuno con tranquilidad.

— ¡Apresúrate o llegarás tarde! –dijo el rubio.

— Ya voy –respondió el castaño entrando a la cocina.

El menor se sentó en una silla y justo cuando estaba por empezar a comer la voz de su hermano lo interrumpió.

— ¡Lávate las manos! –le ordeno.

— Pero Rog –protesto el menor.

— Nada de peros, lávate las manos –volvió a decir.

John resignado obedeció a su hermano.

Una vez con sus manos limpias empezó a comer.

— Hoy tengo una entrevista de trabajo –dijo el rubio.

— ¿En serio? –pregunto el menor.

— Sí, espero obtener el trabajo, no en cualquier lugar podría obtener un puesto como ese –dijo el rubio.

— ¿En donde vas a trabajar? –pregunto el menor.

— En una empresa de diseño –respondió.

El castaño solo miró a su hermano, para Roger era muy difícil conseguir trabajo debido a la falta de educación universitaria, ya que el rubio había dejado sus estudios para cuidarlo a él y darle sustento.

John bajo la cabeza al no poder recompensar los esfuerzos de su hermano.

— Ni siquiera lo pienses, ya hablamos de esto –dijo Roger, conocía perfectamente ese silencio de parte de su hermano.

— Pero Roger, yo puedo trabajar y ayudarte con los gastos, solo piénsalo –dijo el menor.

— No John, ya te lo dije, tú solo enfócate en tu carrera, yo soy el mayor y debo de encargarme de esto –dijo el mayor.

— Pero... –volvió a protestar.

— ¡Richard! –le regaño Roger.

John solo suspiro y siguió comiendo.

Después de unos minutos ambos chicos terminaron y Roger lavo las platos, mientras John lavaba sus dientes y recogía su mochila.

— ¿Listo? –pregunto el rubio mirándolo salir del baño.

El castaño asintió y siguió a su hermano para salir de la casa y que el mayor lo llevará a la universidad.

Ambos subieron al auto de Roger y este empezó a conducir en dirección a la universidad.

— ¿Al menos puedo saber dónde trabajaras? –pregunto el castaño.

— No, por el momento no –respondió el mayor.

El castaño soltó un bufido y miro por la ventanilla.

Cuando llegaron a la universidad, John bajo rápidamente del auto.

— John... –lo llamo– Perdón, es solo que tengo miedo de no obtener el puesto –dijo el rubio.

— Tranquilo Roger, te entiendo, hasta luego –dijo el menor despidiéndose.

— Cuídate –le dijo el rubio antes de que se alejara del automóvil.

El castaño solo siguió caminando hasta llegar a la entrada de la universidad en compañía de sus compañeros.

Mi Último Cigarro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora