40|Lydia Miller

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Volver a Colorado ha sido desesperante y bastante duro, sobre todo para Regina. Nate y ella se echan muchísimo de menos, al igual que yo a Nick, pero lo de ellos era diferente.

Regina se está quedando conmigo este fin de semana ya que mi casa está más cerca del aeropuerto y bueno, mis tíos aún no aceptan demasiado que mi prima se vaya tan lejos, están en un periodo de aceptación, pero lo llevan bien en comparación al principio.

Entro a mi habitación, ahora también la de Regina y me la encuentro hablando por teléfono preocupada y en estado de shock

—¿Que? ¿Ha pasado algo con el trabajo?

Ella niega, intenta a hablar pero no puede

—Era Nate, Lydia ha muerto

En ese momento no fui persona. Fue como si me sacaran algo de dentro y me dejaron un vacío doloroso. No es cierto. Ella no pudo haber muerto. Rompo en llanto cuando Regina viene a abrazarme también llorando.

Solo hace un mes que nos fuimos, estaba bien.

Esto no puede estar pasando. No me imagino como están ellos. Nate, Kendall, Nick.

—No puede estar pasando—las lágrimas no me dejan hablar

—Nate—pausa para tragar y deshacer el nudo que ambas tenemos en la garganta—Estaba destrozado, dijo que se fue a la cama y no despertó

Ella lo temía. Todos lo temíamos.

-

Llegamos justos para el funeral. Se celebró dos días después de que Nate nos lo dijera. Regina llamó a la compañía y le explicó la situación, la entendieron a la perfección y le dijeron que dentro de unos días la llamaban para ver cómo estaba y si se veía capacitada.

Y ahora, un mes y una semana tras habernos ido ,volvemos a donde todo empezó.

Con un funeral.

Y acaba, con otro.

Recicló el vestido del funeral de la abuela, pero ya no es tan verano, por lo que tuve que ponerme una chaqueta. Salí de la mano con mi prima, mis padres y mi tía detrás dispuestos a darle el pésame a los padres de Lydia. Los mellizos quedaron en Colorado con mi tío, ya que dijo que no se encontraba bien.

Normal, los funerales ponen enfermo a uno.

Llegamos a la iglesia de la plaza. Hay bastante gente, todos están fuera. Mi prima y yo entramos en la iglesia. Vemos a los chicos sentados en el primer banco.

Cuando nos escuchan entrar se giran y Nate es el único que viene corriendo a abrazar a mi prima. Cuando me ve, me abraza también y eso hace que se me salgan las lágrimas.

Kendall se levanta a la vez que voy a abrazarla. Llora en mi hombro.

—Esto no puede estar pasando Sam. Ella—pausa para coger aire—Ella parecía estar bien, había dos días que no la veíamos porque no se encontraba muy bien. No pudiste verla después de cortarse el pelo—llora separándose de mi

—Lo vi en su historia, estaba guapísima—un nudo se me forma en la garganta

—La necesito de vuelta—vuelve a abrazarme

—Todos la necesitamos—le correspondo al abrazo visualizando a Nick

Termino sentándome en un banco De la Iglesia con Kendall, llorando sobre mi hombro, contándome cómo fue la primera vez que vio a Lydia.

La mía fue en la fiesta. Me había sorprendido lo mucho que confiaba en la gente, me había dado un abrazo nada más conocerme, era activa, alegre y siempre ponía por delante a los demás.

Cuenta ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora