❝οиє ѕнοτ'ѕ❞ ││ᴛᴏᴋʏᴏ ɢʜᴏᴜʟ ││

Rosa [Karren/Kanae von Rosewald]

Me encontraba caminando por los grandes pasillos de la mansión Rosewald, iba en camino a la habitación de la Srta Karren, una niña de apenas 10 años pero con un fuerte carácter, cuando llegué a la puerta llamé y oí un pase del otro lado de la habitación.

—Srta Karren, me estaba buscando —inclinó levemente la cabeza.

—Sip, ¿quería saber cual estilo se ve mejor?

—Si me pide mi opinión quisiera decirle que usted se ve hermosa con cualquier estilo.

—Amm, solo dices eso [T/N] porque eres mi amiga.

—También soy su sirvienta —sonrió.

Asi es, yo era la sirvienta.

—Entiendo, entonces, ¿el que sea?

—Si, cualquiera le queda perfecto, ¿era para lo único que me necesitaba?

—Si, pero [T/N], ¿por qué me hablas de usted?

—Por el debido respeto que se merece, no puedo hablarle como si fuera de mi clase o inferior.

—Nah, son puras locuras. Háblame de tu.

—Pero...

—Es una orden —sonrió la peli morada.

—Entendido Karren.

La contraria solo sonrió.

♦️♦️♦️

La Srta Karren... digo, Karren, es una persona dulce y hermosa, apenas tiene 10 años mientras yo 15 años.
Desde que yo llegue a la mansión mi deber es protegerla de cualquier cosa, sin importar que tenga que dar mi vida para protegerla. Sin dudas lo haría.

Pero no sabía que pronto la amenaza se acercaría.

—Emma, cuida a los niños.

—Si

Estaba al otro lado de la habitación esperando a que los Rosewald's huyeran para pelear al lado del Sr Rosewald y los demás ghouls para darles tiempo de escapar a sus hijos y su esposa. No pude evitar escuchar como él, les decía a cada uno de sus hijos » por favor... continúen con la dinastía Rosewald «.

Estuvo apunto de irse pero decidí aparecer para explicarle que lo ayudaría.

—Mi Señor, permítame ayudarlo.

—¡[T/N]! —había exclamado la más pequeña del lugar.

Me gire para ver a la Sra Emma y hablé.

—Mi Señora, su esposo y yo les daremos tiempo para que todos ustedes puedan escapar y que no vallan tras ustedes, deben irse, por favor.

—[T/N] tu debes venir con nosotros, apenas eres una adolescente.

Me acerque a la señorita y puse ambas manos alrededor de sus mejillas.

—Karren, yo debo protegerlos.

Tengo que protegerte.

—No, esta bien [T/N].

—¡¿Qué dice?! Pero señor, usted...

—No subestimes a este viejo. Anda huye con ellos y cuida de ellos.

—Como desee señor.

Tome en brazos a la señorita Karren y salimos de la mansión.

En el transcurso varios investigadores nos siguieron, y uno por uno de los Rosewald fueron eliminados, hasta quedar solo yo con la señorita Karren.