CAPITULO 31

23 1 0
                                    

|Capítulo treinta y uno|

Caminamos hasta la oficina de John, entramos y solo estábamos Harry, Grace, y unos cuantos chicos más; me senté alado de Grace.

—Los eh reunido a todos ustedes porque necesito darles una noticia.—Dijo mirando a cada uno de nosotros.—Me eh dado cuenta que necesitamos a más personas como ustedes.—Fruncí el ceño.— Necesito chicos valientes y fuertes.

No entendía nada.

—Así que eh traído a algunas personas que tienen estos requisitos.—Seguía sin comprender.

Se acercó a la puerta, abrió y entraron seis chicos. Tres mujeres y tres hombres, ¿De qué se trataba esto?

—Ellos se integraran a ustedes.—Me mordí el labio, quería protestar. Yo había estado aquí toda mi vida y llegan estas personas como si nada.

Miré a Niall y él solo me sonrió.

—Así que eh armado nuevas parejas.—Comunico.

Ahora sí iba a protestar.

—_____ tú vas con Michael Clifford.—Un chico con mechones de colores dio un paso al frente, me miró y sonrió, no le devolví la sonrisa.

—Niall, con Annabeth.—Dijo y siguió acomodando a todos.

Después de unos minutos se acercó a su escritorio saco algunos folders.

—Cada pareja tendrá una misión, necesito que la resuelvan.—Dijo y nos dio a cada uno de nosotros un folder.—Ahora, pónganse a trabajar.

Me levanté y me acerqué a John cuando todos se habían ido.

—¡Eh estado aquí casi toda mi vida y ahora traes a esos tipos como si nada!—Grité enojada y él suspiro.

—_____...

—¿Pero sabes algo? Trabajaré con él, no lo haré por ti, lo haré por mí.—Salí de allí y camine por el pasillo, me tomaron del brazo impidiéndome seguir, suspiré.

—Tranquila.—Dijo él chico de cabello de colores y lo miré mal.

—No me fío de ti.—Contesté y me sonrió.

—¿Ya leíste la misión?—Preguntó soltándome y negué con la cabeza.—Vamos a la cafetería y ahí la leemos.

Me iba a negar, pero me recordé que tenía que cooperar.

—Está bien.—Caminamos y entramos a la cafetería.

Elegí un café y él una botella de agua, nos sentamos en las mesitas de allí y la leímos, cuando terminamos, nos miramos y reímos.

—Así que buscaremos al perrito de Christian Miller. Dije entre risas.

Después de reírnos por un par de minutos, nos tranquilizaremos.

—¿Por qué le pusieron un collar de oro al perro?

—Para que se vea a la moda.—Dijo seriamente y reí fuertemente.

—Lo siento, esto es muy gracioso, como sea, ¿Cuándo salimos de viaje?

—Quiero terminar lo más rápido posible ¿Quieres salir hoy?—Preguntó mirándome y noté que tenía los ojos verdes, sonreí.

—Claro.—Contesté.

—El perro se llama Calvin, es un labrador y aquí dice que quizá lo tenga un señor llamado Travis.—Dijo y asentí.—Tenemos que encontrar al perro y al collar.

—Espero que no sea peligrosa.

—Sí, yo también…

Nos levantamos y caminamos juntos hasta que llegamos a mi oficina.

—Nos vemos hoy por la noche.—Comunico.

—Hasta la noche.—Contesté y se fue.

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora