CAPITULO 24

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|Capítulo veinticuatro| {Maratón 1/2}

No sabía que decir.

—Sí quieres a tu amigo vivo, devuelve lo que me robaste.

—¿Dónde…?

—Tú sabes dónde.—Dijo y colgó

Dejé el móvil en mis piernas y me di cuenta que mis manos estaban temblando inhale y exhale algunas veces, me levanté y me saqué el vestido para colocarme unos vaqueros y una polera negra, tome mis botas y dentro de ellas guarde mí arma, ate mí cabello y salí de allí.

Tome un taxi y regresé a la fiesta.

Me metí entre la multitud y comencé a buscar a Niall, lo necesitaba, encontré a una chica y me acerqué a ella.

—¿Has visto a un rubio mal teñido de ojos azules?—Pregunté y ella sonrió.

—¿Niall? Debe de estar en el piso de arriba con alguna chica.—Respondió.

—Gracias.

Camine hasta las escaleras y las comencé a subir rápidamente, cuando llegue comencé a ah abrir puerta por puerta; encontré una con seguro.

Toqué la puerta.

—¡Niall!—Grité mientras tocaba la puerta.

Del otro lado se escuchaban gritos, cerré mis ojos, me alejé y de una patada tire la puerta. Entré completamente, aún con los ojos cerrados.

—Harry…—Dije.—Harry está secuestrado.

Se escucharon ruidos, un choque de labios y tacones resonar hasta alejarse.

—Listo.—Menciono y los abrí por fin.

—Joe me dijo que tiene a Harry secuestrado, le tenemos que entregar lo que le robamos.—Dije mirándolo a los ojos.

—¿Y si no lo hacemos?—Se cruzó de brazos y me di cuenta de que solo tenía unos vaqueros.

—Van a matar a Harry.—Suspiré.

Se sentó en la cama y yo me senté a su lado.

—¿Ya pensaste en algo?—Preguntó mientras se colocaba sus converses blancos.

—Estaba asustada, no sé qué me pasa últimamente, eh estado muy desconcentrada.—Comenté sin pensarlo e hizo una mueca.—Lo siento, se me olvida que no te tengo que contar cosas personales.

Me levanté.

—Tenemos que ir a su casa.

—_____, eso queda muy lejos.

—¿Crees que no losé? ¡Es Harry, por él haría lo que fuera necesario!

No contestó y se colocó una polera, estaba bastante cambiado, ahora su cabello estaba de lado, estaba más fuerte y se vestía diferente.

—Esos papeles siguen conmigo.—Dijo y salió por la puerta, lo seguí por detrás.

—¿Por qué?

—No losé, le dije a John que se habían quemado.—Respondió.

Comenzamos a bajar las escaleras y salimos de la mansión, caminamos hasta su auto y entramos en el; también tenía nuevo auto.

—¿Qué haremos cuando lleguemos? —Preguntó mientras ponía en marcha el auto y salíamos del estacionamiento.

—Hemos estado solo una vez allí, creo que tendré que ir yo de nuevo.

No contestó nada, de nuevo, estaba muy cortante. No decidí prestarle atención, lo hacía por Harry no por él, por más que lo extrañará mi orgullo no me dejaba perdonarlo. 

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora