CAPITULO 29

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|Capítulo veintinueve| {Maratón 2/3}

Después de unas cuantas semanas, pude volver a caminar y ya estaba mejor, Niall también lo estaba y Harry ni hablar, ya tenía novia, una guapa enfermera la cuál conoció en el hospital.

John me dio unas pequeñas vacaciones, las cuales eh disfrutado mucho, hacía mucho que no las tenía y tenía Niall solo para mí.

El rubio se recostó a mi lado.

—Esto es interesante.—Dijo y yo reí.—¿Me puedes decir por qué miramos el techo?

Reí aún más fuerte.

—Me gusta verlo.—Respondí y me recosté de lado para mirarlo.—¿Quieres algo?

—Nop, solo quiero estar aquí contigo.—Comentó.

—Iré por agua.—Dije levantándome, pero Niall lo impidió y se levantó muy rápido, me tomo del brazo y me acercó a él.

—Tú no vas a ninguna parte.—Lo miré a los ojos.

—¿Por qué no?

—Porqué ya sé que quiero.—Respondió y me beso en los labios.

Metí mis dedos entre su cabello y comencé a despeinarlo, Niall me tomo de la cintura y sus dedos fueron hacia el extremo de mi blusa, la comenzó a subir lentamente hasta que cayó al piso, y dentro de unos minutos también mis jeans, yo por mi parte le quité camisa.

Sus manos vagaban por mi espalda hasta que se encontró con el broche de mi sujetador, lo sacó y me recostó suavemente en el colchón, quedando encima de mí.

—______.—Gruñó con desesperación y gemí.—Causas tantas cosas en mí, pequeña.—Susurró.

Mis manos fueron hacia sus vaqueros, desabroche el botón y los baje con dificultad, él me ayudo un poco. Siguió besándome lentamente y sacó mi última prenda, sus ojos estaban oscuros, ya no brillaban, mostraban deseo, estiró su mano y sacó de sus jeans una pequeña bolsita negra.

El momento se acercaba, mis manos temblaban. Niall notó esto y me besó tiernamente.

—No haré nada que tú no quieras. —Dijo mirándome a los ojos y yo trague saliva.

Pero yo no respondí, lo necesitaba y de eso no había duda, lo besé en los labios, se colocó protección. Dejo pequeños besitos por mi cuello y volvió a mis labios.

—Abre tus piernas.—Pidió, las abrí lentamente y aunque me temblaban logré hacerlo.

Se acomodó y si dejar de mirarme entro lentamente en mí.

—Niall…—Susurré y él me beso.

Hacía movimientos lentos, como si quisiera disfrutar de este momento tanto como yo.

Poco rato después Niall se recostó a mi lado, nadie decía nada, era de esos silencios que se necesitaban.

—¿Sabes? Creo que también me gusta mirar el techo.—Dijo y reí.—Me gustas mucho, _________.—Dijo y yo sonreí.

—Tú también me gustas mucho, Niall.—Contesté y me acerqué a él.

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora