CAPITULO 1

74 2 0
                                    

|Capítulo uno|

|Narra ______________|

—¡____, tienes que aceptar!—

Grito Grace sacudiéndome fuertemente.

—No creo que pueda…—Contesté no muy convencida.

—¡______ eres la mejor de este lugar! ¡Tápales la boca a esos idiotas! ¡Tú puedes!—Alentó dejándome de sacudir.

—Solo déjame pensarlo ¿Sí?

—Cinco segundos.— Dijo y yo rodé los ojos.

—Pe…—Iba a protestar.

—Cuatro.—Contó sonriendo.

—No…—Me interrumpió.

—Tres.—Me miró y la fulmine con la mirada.

—¡Eso es trampa!—Dije.

—Dos.

—¡Está bien! ¡Le diré a John que acepto! —Contesté saliendo de la habitación.

—Sabía que dirías que sí.— Grito orgullosa.

Seguí caminando por el pasillo del centro y cuando llegue a la puerta de John toqué la puerta unas veces.

—Pase.— Se escuchó y entré.

Camine hacia su mesa y cuando estuve enfrente lo mire nerviosa.

—John, quiero decirte que…—Quitó su vista de los papeles que observaba para mirarme con atención.

—Veo que no quieres hacerlo.—Me interrumpió.

—¡Acepto!-Grité frustrada. — ¿Por qué hoy todo mundo me interrumpe? —Río.

Busco en sus cajones y sacó un folder color negro con una etiqueta que decía “Jerry Mendler”.

—Aquí tienes todos los documentos.—Deslizo el folder y los tome.

—¿Desde cuando comienzo? —Pregunté mirando los documentos.

—Desde hoy debes prepararte, dentro de un mes te quiero allí. —Ordenó sonriente.

John Walker, mejor conocido como “Walk” era mi jefe, tenía el control en todo este centro, toma las decisiones, asigna misiones y también se encarga de reclutar a los mejores... Llevo cuatro años conociéndolo y es el mejor. Por ahora.

La misión me la había dado hace unas semanas pero no la iba a aceptar hasta que Grace me obligo.

—No me falles Hudson. —Dijo y sonreí saliendo de allí.

| Un meses después |

Estaba en el aeropuerto de Londres, con los documentos en la mano, camine arrastrando una maleta negra, al parecer este viaje se alargaría más de lo que me hubiera gustado. Seguí avanzando con un poco de dificultad y por fin salí de allí.

Busqué un Ford Focus de color negro y cuando lo halle camine hasta él. Un señor se acercó a ayudarme pero yo me negué y entre con todo y maleta al auto. El camino a la pequeña – nueva casa fue muy corto.

Salí del auto y el señor se me acercó.

—El auto se va a quedar aquí, desde hoy, es suyo.—Dijo y yo sonreí tomando las llaves.—También, esta es la llave de su casa.—Continuó y saco la llave, también la tome.

Camine hasta mi nueva casa -temporal- y entre.

(…)

Me encontraba con una taza de chocolate y los documentos del agente del FBI. Jerry Mendler. Tendría que espiarlo por varios días y el viernes por fin estaría pasando a otra vida. Sonreí.

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora