CAPITULO 19

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|Capítulo diecinueve|

Aquel mes paso muy rápido y ya no sentía nada por él, o al menos eso es de lo que trato de convencerme.

Tomé el arma y la coloqué dentro de mis jeans, me coloqué mejor la polera y salí del auto.

Tenía que rescatar a una chica, y aunque ya había estudiado el lugar de pies a cabeza, tenía nervios, inhale y exhale algunas veces, camine hacia la puerta y toque algunas veces.

—¿Qué necesitas?—Dijo un hombre mirándome de pies a cabeza.

—Vengo por el trabajo.—Comenté.

—Pasa.—Se hizo a un lado y entré.

Al estar adentro mire la casa y había dos cámaras en la entrada.

—Date la vuelta.—Ordeno y así lo hice.

Comenzó a tocarme pero cuando estaba a punto de revisar mis piernas lo evite.

—Seré una chica que busca empleo, pero no soy tonta, si quieres tocar algo, búscate a alguien.—Dije y se escucho una risa.

Esa risa, la reconocería en cualquier parte.

—Cállate Horan, si no quieres que te rompa la cara.—Amenazo.

—No me das miedo.—Dijo el rubio.

El hombre se alejó de mí, pero yo no me di la vuelta.

—Entra por la puerta roja, pasas el pasillo y en la puerta número diez esta todo lo que necesitas.—Asentí moviendo la cabeza.—Y tú Horan, necesitamos hablar.— Comentó aquel hombre.

Hacía mucho que no escuchaba la voz de Niall, y ahora encontrármelo de nuevo.

Comencé a caminar sin voltear.

—¡Ey, espera!—Grito el hombre y me detuve.—Tú nombre.

—Allison…—Me sentía nerviosa.—Allison Cooper.

Seguí mi camino y entre por la puerta roja, asegure la puerta con seguro y de mi zapato saque el pequeño mapa y revise el lugar donde se debía de encontrar la chica.

Este era el pasillo y la puerta era la número cinco, pero antes fui a la puerta diez, me coloque el uniforme, tomé el pequeño carrito y salí de la habitación, camine hacia la puerta cinco, me acerque y cuando quise abrirla no pude, suspire.

—Vamos _____, lo has practicado miles de veces, no es la primera vez que vas a tumbar una puerta.—Dije y tomando una gran respiración.

Tumbe la puerta, mire hacia los lados y note dos cámaras, saqué mi arma y dispare hacia las esquinas.

—¿Dónde estas Anne?—Pregunté dulcemente y un sollozo se hizo presente.

La pequeña estaba en una esquina, la tome del brazo para levantarla.

—Yo no te haré daño, te sacaré de aquí.—Aseguré.—¿Sólo coopera, sí?

Anne no dijo nada, sólo asintió, la cargue y la coloqué en el carrito, con las bolsas la oculte y salimos.

Revisé de nuevo el mapa y este indicaba que la única forma de salir era por la puerta principal. Mierda. Camine hacia la puerta, le saque el seguro, camine hacia la parte principal y cuando estaba a punto de salir, me llamaron.

—¿Qué haces?—Preguntó alguien detrás de mi.

Las manos me comenzaron a sudar. ¡Mierda! ¿Por qué me pasaba esto a mí?

—Voy a sacar la basura.—Respondí con voz aguda.

—¿Quieres que te ayude?—Preguntó el rubio acercándose a mi.

—No, gracias.— Abrí la puerta y salí de allí rápidamente.

Tomé el carrito y lo comencé a bajar por las escaleras, seguí caminando con el carrito hasta que llegamos a la esquina.

—Listo.—Dije sacándome el uniforme.

Quité las bolsas y la cargue para sacarla.

—¿Cómo estas?—Le pregunté sonriendo.—Perdón, no suelo conversar con personas, digo, siempre digo este tipo de tonterías.—Ella sonrió.

Anne, tenía seis años; la habían secuestrado ya que su padre es un ejecutivo muy rico, habían pedido rescate y ellos amenazaron con matarla si no pagaban el dinero que ellos pedían, pero entre yo y ella ahora esta bien.

—Me llamo ________ Hudson.—Le estiré la mano y ella la tomo.

Tenía los ojos miel, la piel blanca y el cabello largo.

La tome de nuevo de la mano y la conduje a mi auto, entramos a él.

—Te llevare a mi casa, allí te bañaras y te pondrás ropa nueva.

Mientras conducía mi móvil comenzó a sonar.

—Toma.—Dijo Anne dándomelo.

Le sonreí y lo tomé, contestando.

—¿Hola?—Respondí mientras paraba ya que el semáforo estaba en color rojo.

—Sé que eras tú, _______...

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora