CAPITULO 40

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|Capítulo cuarenta|

Ya no quedaba mucha gente en la agencia, tenía que ir a hablar con Michael sobre algunos asuntos y esperaba que no estuviera haciendo cosas indebidas, otra vez. Toque la puerta y escuché un ‘pase’, entre.

—Emm…—Dije mirándolo, tratando de no reír.

—¡Que graciosa Hudson!—Comentó y solté una carcajada.

—Lo siento, de verdad.—Me disculpe y él se acercó a mí.—Prometo tocar la puerta antes pero. En serio ¿Quién no le pone seguro a la puerta?

—¡No volverá a pasar!—Aseguró y me mordí el labio.

—Eso espero.

—Ya, como sea, ¿A qué venías?—Preguntó mientras tomaba su botella de agua y le daba un sorbo a esta.—Quiero salir, eh estado todo el maldito día aquí adentro, tenía que acomodar algunas cosas.—Dijo y abrió la puerta.

Salimos y fuimos al pasillo.

—Bueno, sobre la misión. ¿Cuándo iremos?

—No losé, recuerda que aún John aún no ha hablado con Catherine y no quiere ponernos en peligro.

—Fue mi culpa, pero es que o la mataba o iba por el portafolio.

Hizo una mueca y asintió.

—Te entiendo.—Sonreí.

Niall apareció por la puerta y me miró, le sonreí, pero él no hizo nada. Se recargo en barandal del pasillo y Annabeth se acercó a él. Apreté los puños.

—Tranquila, _____.

—Tú sabes que tengo razones para estar así.—Dije.

—Losé, ¿Ya arreglaste las cosas o al menos pudiste hablar con él?—Preguntó y asentí.

—Me conto que ella lo quiere matar, la encontró observando algunas cosas sobre él, sabe todo y Niall quiere que esté lejos de él porque teme que me haga daño.—Contesté en susurro.

Se mordió el labio.

—Sí que es una perra de primera.—Reí.

Miré hacia Niall quien ahora se encontraba hablando con ella, Annabeth se acercó a él y le estiro el cuello de la camisa.

—¿Qué te paso?—Preguntó ella mientras tocaba la piel de color morado.

—Bueno, digamos que la chica con la que estaba se puso muy salvaje la otra noche.—Respondió y me di la vuelta, mientras trataba de no reír.

Michael me miro y sonrió burlonamente.

—¿Tú Hiciste eso?—Preguntó y asentí.—Estás loca.—Dijo y su móvil comenzó a sonar, contestó, hizo una pausa y tapo la bocina—Me voy, te veo luego.—Sonreí.

Regrese a mi oficina, vi a Niall quien trataba de alejar a Annabeth de él. Seguí mi camino y entre a mi oficina, tomé los documentos de la misión que se encontraban encima del escritorio, comencé a revisarlos. Sería fácil aunque sólo nos quedaba esperar a que John nos dijera que sí.

Tocaron la puerta y pasaron, levante mi vista y me encontré con una mirada azulada. Me mordí el labio.

—En serio, no vuelvas a hacer esto.—Dijo Niall mientras cerraba la puerta y le colocaba seguro. Camino hasta mi escritorio y se sentó en mi silla.—Por cierto me encanta esta silla.

Me acerqué al rubio y le sonreí.

—¿Por qué no quieres que te bese?—Pregunté.

Me tomo de la cintura y me sentó sobre su regazo.

—Porque no quiero que dejes más marcas sombre mí.—Contestó y reí.

—Bésame.—Pedí y él acerco sus labios a los míos.

Lentamente se rozaron y Niall tomo mi mejilla, sus labios se movieron junto a los míos. Pero nos separamos cuando escuchamos un disparo. Lo miré y me aleje de él.

—Annabeth se fue, las únicas personas que estamos aquí somos tú, yo y…—Me miró y me mordí el labio.

—Michael…

La Estafa PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora