CAPITULO 12

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El día lucia demasiado soleado para tratarse de este lado de Washington, incluso era tan bello que parecía que se estuviera burlando de mi estado de ánimo. No había dormido en toda la noche cuestionándome si lo que estaba haciendo estaba correcto y sobre todo llenándome de fuerzas para seguir adelante.

Al menos una cosa era clara, no podía desperdiciar un día tan soleado, era ideal para lavar la ropa y asear la casa, mire la parte trasera de la casa con detenimiento. Hubo un momento en que pensé que lo que había entre Sam y yo era posible y correcto, que vivir acá no era un error y que entonces incluso podría tener un bello jardín en el patio trasero de esta pequeña cabaña, en lugar de eso ahora planteaba la idea de huir de la reserva en medio de la noche mientras de forma casual colgaba mi ropa húmeda sobre las cuerdas.

Escuché a alguien rodear la casa, para dirigirse al patio; no necesitaba cerciorarme para saber que se trataba de Sam. Contuve el aire cuando sus brazos rodearon mi cintura obligándome a reunir todas mis fuerzas para lo que estaba por venir, su mentón se apoyo en mi hombro y entonces solté el aire comprimido en mi pecho. Sus manos sobre mi cintura me obligaron a girarme para mirarlo, se inclinó con la intensión de besar mis labios, con el dolor que eso me provocaba, aparte mi rostro para que nuestros labios no se rozaran. El ceño de Sam se frunció en el instante.

– ¿sucede algo? – cuestiono, cerrando mas sus manos sobre mi cintura

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– ¿sucede algo? – cuestiono, cerrando mas sus manos sobre mi cintura. Me zafe al sentir tal acto tan posesivo.

– realmente. – suspire de nuevo. – creo que... deberíamos hablar, Sam. – el se apartó unos centímetros de mi y cruzo los brazos sobre su pecho, dedicándome una mirada indescifrable. – estamos obrando mal.

– ¿en que sentido? – pregunto, su mirada me advertía que realmente no quería escuchar lo que tuviera para decir.

– Lo nuestro, Sam. – el soltó un bufido.

– ¿Por qué estás diciendo esto?

– Leah... Leah... – me frene al ver que Sam me miraba molesto.

– ¿fuiste a ver a Leah? – me pregunto incrédulo. – eso fue una mala idea, Emily. Leah no nos entenderá es como tratar de razonar con... con ¡¿yo que se?! – ahora parecía realmente exasperado.

– Pues está en todo su derecho. – bufé, agachándome para alcanzar otra prenda de ropa y colgarla en la cuerda que travesaba el patio, sentí como Sam me seguía mientras lo hacía.

– No me mal intérpretes. – intento de nuevo, llamando mi atención. – nunca por ningún motivo tuve la intención de dañarla... – exasperada me giré para mirarlo incrédula.

– ¿sabes que me dijo? – cuestione, Sam tan solo me miraba atento. – que nuestras disculpas, nuestros discursos de arrepentimiento no eran más que actos hipócritas. – Sam se cruzo de brazos y miro a otro lugar mientras yo hablaba. – y es cierto – continúe. – si en serio no quisiéramos lastimarla haríamos sacrificios por ella. – Sam puso sus oscuros ojos sobre mí de nuevo, me miro con un atisbo de incredulidad en sus ojos, negando levemente mientras me miraba.

Sunshine |Sam Uley| |Libro 9| de la serie 'IMPRONTAS'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora