CAPITULO 15

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El dolor de cabeza lo único que hacia era empeorar con el paso de los minutos, no era lo único, también había una sensación de dolor en mi pecho, crecía y llegue a pensar que este terminaría por tragarme. Luego de quejarme un par de veces de aquello Carlisle Cullen había terminado por darme una revisión privada, echando de la sala a la insistente Mary que quería quedarse.   

–No es algo con lo que pueda ayudarte, Emily

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–No es algo con lo que pueda ayudarte, Emily. – había dicho el doctor, luego de utilizar su estetoscopio para escuchar mis latidos. – son los efectos de la imprimación, esto se sale de la ciencia. – lo mire con sorpresa ante sus palabras, sus ojos dorados, su piel perfectamente tersa y blanca como el mármol... Pense en la leyenda de los fríos, sin embargo el doctor Carlisle Cullen estaba lejos de provocar terror alguno.

– ¿como es que usted... – me detuve al considerar que mi pregunta seria grosera.

– ¿termine siendo doctor? – dijo con una mediana sonrisa, termine asintiendo. el suspiro. – puede que sea necesidad, aburrimiento o culpa.

– o una mezcla de todos. – el sonrió.

– ese es mas lógico, debía trabajar para mantener una familia, debía encontrar algo que me ocupara y me gustara hacer durante la eternidad... también esta la necesidad de compensar la maldad de mi especie. 

– usted no parece malo, doctor. – dije con sinceridad, era verdad. Carlisle era amable y a lo largo de mi vida me había considerado capaz para ver maldad en los demás, en Sam tampoco había maldad, yo tan solo lo había mal interpretado.

– Sam tampoco lo es.

– lo se. – concorde, el doctor Cullen me dedico una sonrisa. – es inútil estar acá. – dije, desplegando mi culpa frente a el. – el huyo porque fui cruel, yo debería estar tratando de hablar con el...

– eso no va a servir de mucho ahora. – me dijo con comprensión, mientras hacia sus cosas de doctor que yo no comprendía, como analizar los aparatos que me rodeaban y revisar delicadamente mis suturas. – el consejo lo esta buscando, tu estas muy débil como para salir de acá, espero que lo encuentre pronto porque... – se detuvo, me dedico una mirada inescrutable y dedico su atención a la planilla que siempre llevaba con el. 

– ¿porque... ¿que? – lo alenté.

– nada, Emily. – dijo con una sonrisa. – tu rostro se deshinchara pronto... Todo estará bien. – dijo, sin embargo no había mucha convicción de su parte.

Salio de la habitación y pronto esta volvió a llenarse con tia Sue, mi hermana y mi madre... También venia Seth entre ellas. El pequeño lucia triste y hablo mucho menos de lo que solía hacerlo, se fue con tía Sue al medio día. Cuando el reloj de la habitación estaba por marcar la una de la tarde logre convencer a mamá y Mary de que podían ir a descansar a mi casa, aunque en realidad estaba buscando un descanso propio, los accidentes y los familiares no era una buena mezcla, es cuando mas los necesitas pero entonces ellos lo confunden con necesitarlos en exceso y quieren estar encima de ti todo el tiempo... yo sinceramente necesitaba el silencio. Luego de que se fueron, el silencio no duro todo lo que esperara que durara.

Sunshine |Sam Uley| |Libro 9| de la serie 'IMPRONTAS'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora