Emily Young se dirige a la reserva Quileute a una sencilla visita familiar sin imaginarse que su alma esta ligada a Sam Uley, el prometido de su prima, Emily llena de pureza tratara a toda costa de impedir este triangulo amoroso tan doloroso, sin em...
– come con cuidado, muchacho. Nadie te va a robar. – le dijo mi madre, mientras ponía el segundo plato de comida que Sam se estaba comiendo en la cena, lo mire divertida tras la sugerencia de mi madre.
– ¿le han dicho alguna vez que cocina usted muy bien, suegrita Ester? – le comento Sam, evidentemente tratando de inventar una excusa al rededor de eso me reí internamente al ver la expresión de mi madre al escucharlo.
– dígame señora Ester. – le sugirió mi madre. – se demora lo mismo, pero peligra menos. – tuve que dejar de beber de mi agua pues sabia que un ataque de risa me llegaría en cualquier momento; Sam me miro como un cachorro confundido y rechazado. – y se que cocino bien, por algo tengo una cafetería – continuo. – También se que tu lobo quiere devorar todo en el plato pero un poco de modales en la mesa no te vienen mal de vez en cuando. – había vuelto a beber agua y me arrepentí de ello al instante, el comentario de mi madre me había atacado de tal modo que había terminado por expulsarla por medio de mi nariz, ahora tenia un ardor nasal terrible; mire a Sam que me miraba con un atisbo de burla, vengándose pues me había sucedido tras burlarme de el. – hablando de la cafetería. – dijo mi madre, sentándose por fin en la mesa me pregunte que manía tenían las madre en común de sentarse a comer siempre al final de todo. – ya mañana me regreso a Port Angeles. – suspire aliviada, segura de que la estadía de un par de días que mi madre había comentado ya estaba cerca de alcanzar una semana.
– pues la extrañaremos, señora Ester. – le dijo Sam. Lo mire con desconfianza, segura de que eso no era así; pues el comentario que mi madre acababa de hacerle no era el primero y aunque yo me reía siempre que ella le reprendía sabia muy bien que a Sam no le caía en gracia para nada.
Sam's pov
La luna, el astro mas brillante de la noche esta ligado a mi especie, una especie a la cual la brillante luz de la luna le sirve de guía para moverme por el oscuro bosque en mi tarea de proteger la reserva, la luna, la brillante luna parecía ser el astro mas importante en mi vida, si embargo Emily no era como la luna, Emily era el sol en mi vida, deseaba que cada noche llegara a su fin para ir a verla al salir el sol, Emily era como un agradable rayo de sol en las primeras horas de la mañana, brindaba calor, energía y motivación, Emily no es mi luna puesto que ella brilla y arropa mucho mas que esta, Emily es mi sol, es un esplendoroso rayo de sol.
Entre temprano en la casa por medio de la baja ventana de la cabaña, Emily odiaba que la dejara abierta, sin embargo yo siempre le aseguraba que no le sucedería nada. Camine hasta su cama y entre bajo las cobijas junto a ella, rodeando su cintura y pegando su esbelto cuerpo al mio, Emily se removio y suspiro profundo.
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– ¿ya se fue mamá suegrita? – pregunte en un murmullo, Emily ahogo su risa contra la almohada, se reía siempre que llamaba a su madre así, sobre todo porque no era algo que pudiera decir en frente de ella.
– se fue apenas salio el sol, ya sabes como son los ancianos, quieren llegar pronto a cualquier parte. – me contó, con su tono adormilado.
– me parece una falta de respeto que la llames así. – dije, Emily rió de nuevo. – tu madre esta en la flor de la vida. – dije, cerrando mas fuerte mis brazos en su cintura.
