Emily Young se dirige a la reserva Quileute a una sencilla visita familiar sin imaginarse que su alma esta ligada a Sam Uley, el prometido de su prima, Emily llena de pureza tratara a toda costa de impedir este triangulo amoroso tan doloroso, sin em...
El rostro lleno de suturas, hinchado y morado que ahora tenía Emily confirmaba que yo era, justo como llevaba horas repitiendome, un monstruo. Y como si necesitara una estocada final para cerrar la denominación con broche de oro, estaba la mirada llena de terror que Emily me dedicaba, la mujer que yo amaba me temía, me odiaba y estar seguro de eso estaba quemandome en cuerpo y alma.
– Emily, querida. – la voz de Sue se escuchó. Rompiendo el contacto visual que estábamos teniendo. – ¿Cómo te sientes?
– ¿Que hace el acá? – le soltó Emily, señalándome. Su voz tenía un atisbo de temor, su expresión aseguraba que estaba luchando por no soltar un sollozo, no pude detener el par de lagrimas que salieron de mis ojos.
– Em... – dije, dando un paso hacia ella. Mi impronta, la que tanto amaba se encogió en la camilla con total temor, empezó a llorar. – no quise lastimarte. – dije, estatico en el lugar de la sala en el que sus sollozos me habían detenido. – yo en serio, en serio, lo lamentó. – una fuerza mayor a mí, la fuerza de mi culpa y el amor que le tengo doblo mis rodillas, hincandome en gesto de disculpa. – es terrible lo que te hice, pero perdí el control... – comencé a soltar. – odio lo que te he hecho, Em... Me odio, yo...
– ¡Vete! Ah. – me gritó, el hacerlo le causó dolor y se quejó. – tía. – llamo a Sue, la Cuál se acercó y tomo la mano que Emily le ofrecia, vi... Pude ver... Como su mano temblaba. – tía. – le dijo por lo bajo a Sue al tenerla cerca. – dile que se vaya, tía. – hablaba en un bajo sollozo ahogado. – tía, tengo miedo. Por favor.
Retrocedí, salí de la habitación y corrí lejos de allí, odiando cada punto de mí existencia, yo la aterraba, la perturbaba y tenía toda la razón de sentirse así. Entendía perfectamente que no quisiera tener cerca a la enorme bestia que yo era. Huí en mi camioneta para terminar aparcandola en el borde de la carretera, me perdería como la bestia que era hacia algún lugar alejado de esta tierra, un lugar donde no pudiera dañarla, ni aterrarla... Un lugar, en el que no fuera una amenaza para mi amada.
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Emily's POV
– ¡¿Como que no lo encuentran?! – cuestionó tía Sue con cansancio, hablaba con su esposo, Billy Black y Quil Ateara III en la puerta de la habitación de hospital en la que me encontraba, ella me miro con cautela al notar que su vos se había elevado un poco con esa pregunta, regreso la mirada al grupo de hombre y lo que volvió a salir de su boca fueron murmullos inaudibles. Cerré los ojos pues la cabeza me dolía insesablemente.
La reunión de murmullos se interrumpió repentinamente y escuche un par de voces preocupadas que eran muy conocidas para mí, abrí los ojos para ver a tía Sue regresando a la habitación acompañada por mi madre y Mary, mi hermana mayor. Esta última entorno los ojos con sorpresa y se tapó la boca que a causa de la misma había dejado caer su mandíbula.
– Santo cielo. – exclamo mi madre, examinando el lado derecho de mi rostro. Odie tener las miradas fijas en este, sabía que de este lugar provenía mi dolor y podía sentir lo entumecido y ardiente que se sentía este, pues escocia con una fiebre desesperante. Sabía que no podía ser por nada bueno y hasta el momento había evitado los espejos, Carlisle, el doctor, también me lo había recomendado, había dicho que sería una impresión fuerte y debía estar segura de poder afrontarlo. Sin embargo, la expresión de las dos mujeres más importantes en mi vida no ayudaba.
