CAPITULO 10

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El final de mi turno en el restaurante había llegado, me detuve en la puerta a examinar el exterior, en medio de la oscura noche empezaba a levantarse una espesa neblina y el frió estaba mas penetrante que nunca; mi corazón dio un salto en cuanto un relámpago ilumino momentáneamente el cielo acompañado por un trueno ensordecedor.

– ¿no vendrá Sam por ti hoy? –  pregunto mi jefe, parándose junto a mi en la puerta del desolado restaurante, mi ceño se frunció levemente con desconcierto.

– no es que tenga porque hacerlo. –  dije a la defensiva, cerrando mi abrigo dispuesta a iniciar mi caminata a casa.

– lo digo porque últimamente frecuenta el restaurante y siempre te hace el favor de acercarte a casa.

– señor Henry. – dije, girándome para mirarlo en cuanto termino su frase. – yo no creo que Sam y yo seamos tan cercanos, el solo viene a comer y por coincidencia mi casa queda de camino a la suya.

– Emily. –  dijo el, dirigiéndome una mirada con cautela. –  no me malinterpretes no quise insinuar nada... me refiero a. –  dijo girándose para señalar el cielo. –  que una tormenta se avecina y si la lluvia puede congelarte una tormenta de esta suele levantar una neblina que no te permitiría ver por donde vas, solo decía que seria mejor si hoy Sam... – el sonido de una camioneta aparcando frente al restaurante llamo su atención, seguí el camino de su mirada para encontrarme con la usual camioneta de Sam en un color azul.

Sam descendió del auto y dirigió su paso hacia nosotros, mientras perdía su mirada en el encapotado cielo.  

– ¿necesitas transporte, Emily? –  pregunto amablemente, mire a mi jefe temiendo encontrar en sus ojos algún atisbo de acusación, tampoco era que ya no hubiera sido acusada por Leah y mi propia madre. ¿porque me importaban los pensamientos de mi jefe? no es como si aquellas acusaciones fueran reales, no podían serlo.

– eso mismo estaba comentando yo. –  soltó mi jefe con naturalidad. –  parece que lloverá fuertemente toda la noche, si empieza a llover mientras Emily esta a medio camino le dificultara llegar a casa.

– tienes razón. –  le dijo Sam con una sonrisa. – también podría resfriarse.

– ni Dios lo quiera. –  se apresuro a decir mi jefe. –  su presencia ayuda mucho en el restaurante. –  me dijo con una sonrisa amigable que no tarde en corresponder. –  supongo que crecerá la oferta de pescado con la temporada lluviosa ¿no es así? –  se dirigió de nuevo a Sam.

– si, de eso mismo estaban hablando Harry Clearwater y Quil Ateara III hoy. –  lo próximo que mi jefe le dijo fue inaudible para mi, me perdí en cuanto el nombre del padre de mi prima salio de los labios de Sam ¿como era posible que Sam Uley rompiera el corazón de su hija y ellos aun mantuvieran el contacto? aquello me resulto realmente extraño. – ¿Emily? –  mis pensamientos se desvanecieron en cuanto Sam se inclino frente a mi rostro para mover su mano frente a mis ojos, tal parecía que llevaba ya un rato refiriéndose a mi.

– ¿si? –  me apresure a decir. – ¿que paso? 

– quería saber si ya comiste. –  me pregunto con interés, mire a mi jefe que sin interés en nosotros miraba el cielo que acababa de iluminarnos con otro repentino relámpago.

– si, comí junto al señor Henry y su esposa. – explique.

– ¿nos vamos entonces? – asentí con un movimiento de cabeza, para luego girarme hacia el hombre que aun nos acompañaba en la puerta, este nos dedico una sonrisa para luego mover su mano con un ademan de despedida.

– parecías molesta. –  comento Sam en cuanto el sonido del motor inundo el auto, me gire para mirarlo, preguntándome si compartir mis pensamientos con el era lo adecuado. – ¿que sucede? –  insistió al notar que yo no me decidía a hablar. 

Sunshine |Sam Uley| |Libro 9| de la serie 'IMPRONTAS'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora