Capítulo 3

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Caspian y Carol andaban sin descanso por el bosque, siendo plenamente conscientes de que el tiempo les apremiaba

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Caspian y Carol andaban sin descanso por el bosque, siendo plenamente conscientes de que el tiempo les apremiaba. 

—¿Están muy lejos? —preguntó Caspian cansado de andar tanto. 

—No. Seguro que no.

Siguieron andando hasta que un ruido les hizo detenerse. 

—No te muevas —ordenó Caspian poniéndose delante de Carol para protegerla. 

—Caspian... —dijo ella algo temerosa.

—Tranquila.

De pronto, un centauro salió de entre los árboles y se postró ante ellos.  

—Imposible... —susurró Caspian haciendo que su cuerpo perdiera la tensión que había adquirido en ese momento. 

Carol se movió de la postura protectora del príncipe y se acercó al centauro, mirándolo con una expresión seria, a la espera de comprender sus intenciones. Este al verla hizo una reverencia, acto que relajó los músculos intranquilos de la joven dejando ver una sonrisa. Pronto otros centauros, minotauros, enanos y muchas otras criaturas más se hicieron ver de entre las sombras.

—Tranquilo —le dijo a Caspian—. Son amigos, son Narnianos.

Él guardó su espada aún mirando a todos a su alrededor con cautela, pero se inclinó en signo de paz. 

—Necesitamos que nos ayudéis a recuperar Narnia —les pidió la reina con amabilidad. 

—Estamos a vuestra disposición, majestad —habló el centauro que había llegado primero.

Ambos inclinaron las cabezas en señal de respeto. Carol recordó la presencia de su nuevo amigo y se giró hacia él para presentarlo. 

—Este es el príncipe Caspian, nos ayudará —este inclinó la cabeza cuando fue presentado.

Después de las presentaciones se dirigieron a su escondite seguidos por Caspian y Carol. Era momento de prepararse para los acontecimientos venideros. 

La hija de AslanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora