Mientras Carolina observaba con una expresión seria en el rostro la imagen de su padre en la pared de la sala, Caspian se acercó silencioso y posó su mano en su hombro para llamar su atención.
—Debemos ir a buscar a los reyes —comentó con una mirada inquieta.
La reina se giró para mirarlo de frente y, con un suspiro, supo que era el momento de confesar su secreto al príncipe.
—Caspian... —lo llamó, nerviosa.
—¿Qué?
—Tengo que contarte algo...
—¿El qué? —insistió él, dándose cuenta de que parecía un tema serio.
—Tengo... —no sabía como decírselo—. Bueno es... complicado.
La chica dirigió su mirada al suelo y Caspian levantó su mentón apremiándola.
—Carol, dilo.
Ella suspiró y lo soltó sin más.
—Tengo poderes.
El silencio llenó la sala mientras Caspian trataba de asimilar las palabras de su joven amiga.
—¿Cómo Aslan? —preguntó, confuso.
—No —respondió con cautela, sin saber exactamente si su amigo se había tomado bien esa nueva información—. Son pocos. Bueno, puedo venir aquí cuando quiero y puedo ver el futuro. También puedo tener conexiones mentales. No es gran cosa.
Otro silencio volvió a hacerse presente para dejar al príncipe procesar la información.
—¿Puedes ver el futuro? —se interesó él en saber.
—Sí, pero no mucho... —confesó con una mueca en el rostro—. Solo veo cosas que ocurren dentro de muy poco; por ejemplo, cuando te encontré.
—¿Sabias dónde iba a estar?
—Sí...
El príncipe desvió la mirada y soltó una risa sarcástica pero divertida. Luego volvió a mirar a su amiga con una amplia sonrisa en el rostro para mostrarle que su secreto estaba a salvo con él y que, además, no le parecía un monstruo por tener aquellas habilidades.
—¿Y has visto nuestro encuentro con los reyes? —recordó, de pronto.
—Más o menos... —suspiró, tratando de recordar su visión—. Era un muchacho, pero era muy joven.
— Entonces no puede ser el rey... —comentó, confundido y desanimado.
—O puede que sí —Carol esbozó una sonrisa.
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La hija de Aslan
أدب الهواةLas historias son ciertas. Hace mucho tiempo, en nuestro mundo hubo una reina que reinó sola. No hubo hijo de Adán ni profecía, solamente había una chica dispuesta a gobernar con justícia a su pueblo. Fueron grandes años para Narnia, con celeb...