Llegaron a una playa desconocida y, como estaban muy cansados, decidieron hacer noche allí. Mientras todos dormían, unos seres invisibles se acercaron lentamente a la tripulación.
—Esta es una chica —dijo uno de ellos, posándose cerca de Lucy.
—También esta —comentó otro de ellos, observando a Carol.
—Pero esta sabe leer —insistió el primero, hojeando el libro que tenía Lucy a unos centímetros de sus manos—. ¡Nos la llevamos!
Entre algunos agarraron a Lucy haciendo que se despertara de golpe. Para evitar que chillara, le taparon la boca con una de sus manos invisibles. Ella pataleó y trató de zafarse del agarre, aunque no tuvo éxito. Caminaron durante unos minutos que para la muchacha fueron interminables, hasta que, finalmente, la dejaron caer en medio de una llanura.
—¿Quiénes sois? —inquirió ella, asustada, aunque decidida a hacer frente a la amenaza invisible—. ¿Qué queréis?
—Somos unos monstruos gigantes —le respondió una voz, cuyo portador trataba de sonar aterrador—. Si pudieras vernos, tendrías mucho miedo.
—Debes entrar a la casa y leer el conjuro que hace visible lo invisible —ordenó otro—. Hazlo, o mataremos a tus amigos.
—¿Qué casa? —preguntó ella, sin entender nada.
Uno de los seres la empujó y una puerta se abrió ante ella. La muchacha observó a su alrededor dándose cuenta de que la puerta se encontraba suspendida en medio de la nada. No le hacía gracia adentrarse por aquella abertura que llevaba a saber dónde, pero la amenaza era clara: o entraba a la 'casa' o sus amigos estaban en peligro. Aún así, tenía miedo.
—¿Por qué no lo hacéis vosotros?
—Porque... —respondió uno de ellos con un tono triste—. No sabemos leer...
Lucy comprendió enseguida que esas criaturas no eran los terroríficos monstruos que intentaban parecer, así que sonrió con ternura.
—Haberlo dicho antes.
Entró por la puerta y caminó por los pasillos de aquella 'casa' mientras miraba a su alrededor. Llegó a una sala que parecía ser una biblioteca, dónde pudo divisar un libro que destacaba por encima de los demás. Se acercó a él e intentó abrirlo, pero no lo consiguió. Comenzó a observar el atril en el que estaba el libro y pudo ver unas estelas de angelitos que se movían, haciendo la acción de soplar. Curiosa por aquella imagen, decidió hacer lo mismo y soplar encima de la portada del libro. Las letras que formaban el título del libro, que anteriormente se encontraban desordenadas, se reorganizaron y provocaron que Lucy pudiese abrirlo. Dedicó unos minutos largos en pasar las páginas y leer por encima los tipos de hechizos que recogía aquel tomo, hasta que llegó a uno que provocaba nieve. Le pareció curioso recitarlo, algo escéptica de que fuese a ocurrir de verdad, pero pronto comenzó a nevar a su alrededor. Cuando su atención volvió al libro, se dio cuenta de que éste se encontraba lleno de nieve y no podía seguir leyéndolo. De este modo, sopló de nuevo sobre el tomo y éste se volvió loco. Las páginas comenzaron a pasar solas y la chica puso la mano para hacer que se detuviera. Esa acción generó un cambio en la atmósfera del lugar, todo se volvió más oscuro y tenebroso. Lucy miró el contenido de la página con detenimiento. Había un espejo en ella, pero el reflejo que le devolvía no era el suyo propio, sino que era el de su hermana Susan.
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La hija de Aslan
FanfictionLas historias son ciertas. Hace mucho tiempo, en nuestro mundo hubo una reina que reinó sola. No hubo hijo de Adán ni profecía, solamente había una chica dispuesta a gobernar con justícia a su pueblo. Fueron grandes años para Narnia, con celeb...