Capítulo 3

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Estaba escuchando al profesor hablar durante más de una hora sobre el universo, el sistema solar, la Tierra, la Luna y el Sol. Los estudios y teorías sobre el universo que estaba compartiendo eran extremadamente básicas para ser el último año de una enseñanza a lo que los terrestres le llamaban alto nivel, todo le parecía sumamente estúpido y aburrido.

Para empezar todavía pensaban que había una sola luna y no los culpaba puesto que Luna Dorada a diferencia de la blanca que era su satélite estaba totalmente oculta gracias a las barreras de protección de su mundo pero aún así, que no descubrieran que sí existía vida en esa luna que ellos conocían, era ridículo. Se basaban en algo tan simple como las composiciones químicas para dictaminar y respaldar su teoría de que para que existiera vida debía haber algo tan importante como lo es el agua para la tierra.

Una gran estupidez sin lugar a dudas. No todos los seres vivos necesitaban las mismas sustancias para vivir. Una cosa era la vida en Tellus y otra en el resto del universo. Así como en la tierra habían plantas que vivían en el desierto sin necesidad de agua y otras en el fondo del mar sin necesidad del sol, en el universo existían con vida cientos de planetas, como solían llamarlos ahí y no solamente ellos. Cada ser vivo necesita diferentes cosas para vivir...

¿Que habían solamente trece planetas entre los que ellos llamaban planetas y planetas enanos? Por favor... Que le dieran un respiro, lo estaban ahogando con semejante información. Nada más incierto que eso pero de igual forma él no estaba obligado a revelarles nada, cada mundo iba a su propio ritmo siguiendo la inteligencia desarrollada en el mismo.

— ¿Entiendes todo lo que están diciendo? — Preguntó Taehyung en un susurro pero Jungkook pretendió no escucharlo.

Ah sí, se había olvidado de esa molestia que tenía sentado al lado de él. Taehyung fue el primer terrícola con el que tuvo contacto cuando llegó pero en ese momento le pareció una persona agradable cuando lo ayudó. Se sorprendió al enterarse que estaría asistiendo a la misma universidad que él, una parte de su cuerpo se había alegrado en verlo. Le iba agradecer una vez más por su ayuda pero este ni siquiera lo recordaba y su carácter fue una decepción, casi un giro de ciento ochenta grados en comparación con el turista que pagó por su taxi y le indicó el camino a Seul.

Era alguien con una personalidad tan hueca como los demás habitantes de su reino y con personas así él prefería no relacionarse al no ser que fuera extremadamente necesario. Nunca les negaría su ayuda si realmente la llegaran a necesitar, un príncipe, un futuro soberano no podía comportarse de esa forma pero de ahí a entablar la más mínima relación había un tramo realmente amplio.

— Jeon Jungkook... ¿Estás prestando atención? Después no quiero que me preguntes nada. — Lo miró fijamente pero no respondió. — ¡Oye!

Los ojos del aludido se alzaron para escudriñarlo con su mirada, cosa que hizo que el terrestre se tensara durante fracciones de segundos. Taehyung se perdió en sus ojos grises que habría jurado minutos antes mientras lo miraba de soslayo eran negros o marrones oscuros. Eran profundos, tenían algo diferente a los ojos de las demás personas pero no sabía decir qué era exactamente, solamente sabía que lo intrigaban.

Jungkook volvió a apartar la vista para situarla en el aburrido profesor, ansiando que terminaran de pasar las dos horas que duraba esa clase.

— Estoy hablando contigo. — La voz de Tae se hizo gruesa una vez que volvió en sí, no le gustaba sentirse ignorado y menos por un novato con aires de grandeza.

— Pero yo no, tampoco quiero hacerlo así que apégate a tus propias palabras y concéntrate sin incomodar mientras damos clase. Si lo que tienes que decir no es necesario o importante agradecería que te callaras.

Amor LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora