Era extraño estar fuera de ese lugar hostil en el que había pasado sus últimos años, su única fuerza para mantenerse vivo había sido su hijo y Kore, su esposo. Al principio le resultaba incómodo verlo en su forma original, como mujer, pero realmente se veía hermosa. Como fuera, su alma gemela era la más hermosa del universo y no tenía duda alguna.
De tantos lugares donde tenían para confinarlo, fue encerrado en el mismo lugar de su amado y creyó por un momento que esa había sido su mejor suerte. Todo resultó más fácil de lo esperado, pensó que le iba a costar más tiempo encontrarlo pero no. Fue llevado directamente hacia el amor de su vida a penas lo apresaron.
La mirada de Kore al verlo no se le borraba aún de su memoria, esa mezcla de sorpresa, frustración, dolor, preocupación, felicidad. La vio voltear su rostro fingiendo no conocerlo pero, bien sabía él que era pura actuación.
Pensaba que todo el lugar sería oscuro y tenebroso pero lo cierto era que parecía el mismísimo cielo aunque se viviera un infierno. Kore estaba amarrada con lo que parecían ser grilletes pero transparentes, solamente se podían notar cuando ella se movía más allá de su perímetro establecido. Podía sentarse, pararse y acostarse pero nada más. La condición de él era parecida pero con menos privilegios, si era que así se podía llamar a lo que Kore tenía.
No contaba con una cama, su espacio era más pequeño y no lo alimentaban como era debido, a ella la trataban casi como si fuese una reina presa en su propio castillo, mientas que él bueno, era como un perro esclavo a los pies de su amo. Sin embargo toda esa situación le parecía buena, solamente por tenerla cerca. Intentó hablarle, al menos intercambiar miradas pero los primeros días no obtuvo una respuesta de su parte. Él era como un molusco pegado a una piedra, siendo invisible para todos los demás y, a decir verdad prefería que no le prestaran tanta atención. Sin embargo, que Kore ni siquiera le dirigiera la mirada, dañaba su corazón.
Lo primero que pensó era que por el lugar trataba de medirse y disimular, para que ninguno de los dos se metiera en problemas pero a medida que pasaban los días, se daba cuenta de que había algo más para que no le hiciese caso. Se podía dar cuenta que estaba molesta pero no entendía por qué. Así siguieron pasando las semana, no llevaba un control exacto pero podía calcular que al menos tres meses habían transcurrido. Tres meses tan cerca y tan lejos de su esposo.
— ¿Qué haces aquí? — Escuchó el día que menos se lo esperó. — ¿Por qué estás en Luna Dorada? No me comuniqué contigo para que vinieras aquí.
— ¿Cómo no iba a venir a rescatarte aunque muriera en el intento? ¿Cómo podía dejarte simplemente a la deriva? — No entendía que estuviera molesta por ir a buscarla. Que no se alegrara por verlo, por sentirlo cerca. Solamente a su llegada pudo sentir esa mirada llena de amor y felicidad al verlo, misma que desapareció a penas minutos después. — Kore...
— Yo no soy importante, yo hablé muchas veces contigo, te dije que me dejaras ir. Todo esto fue para que tanto tú como mi hijo estuvieran bien, en cambio aquí estás. ¿Por qué dejaste solo a Dionysus? Él es lo más importante, quien más necesita de tu ayuda, de tu cuidado y protección. Es quien más corre peligro, ¿cómo pudiste venir dejándolo atrás?
— No podía traerlo conmigo y ya ves que hice bien. Traerlo sí lo hubiera puesto en peligro, no había porcentaje que garantizara el éxito de esto. Incluso ahora, sé que estás a mi lado pero aún así, ni siquiera sé si puedo ayudarnos.
— Yo puedo protegerme sola, lo he estado haciendo por años. Ya había muerto para ustedes, por qué empeñarte en buscarme, a pesar de todo el esfuerzo que hice para protegerlos...
— Porque te amo, porque así como tú te preocupas y sacrificas para que estemos bien, yo también quiero luchar por tu bienestar. Nuestro hijo tiene el derecho de conocer a su madre, convivir con ella. ¿Por qué no puedo luchar para que todos estemos bien y juntos? No sabes cuánto te hemos extrañado y necesitado. Si existe una sola oportunidad en un millón de conseguirlo, yo lo voy a intentar. Sí, dejé a nuestro hijo atrás y me duele, lo extraño, no sabes lo mucho que lo hago pero todo esto es por él, por ti, por nosotros tres.
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Amor Lunar
FanfictionJungkook es el príncipe heredero del Reino de Luna Dorada. Para salvar a su mundo, se ve obligado a huir a un lugar desconocido para él, el planeta Tierra. ¿Qué sucede cuando llegas a un mundo totalmente desconocido? ¿Cuando estás solo y desconfías...