Capítulo 73

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No es solamente el miedo a no volver a ver a un ser querido lo que hacía que Jimin o cualquier persona sufriera cuando llegaba el momento de despedirlo ya fuera para siempre o de forma temporal. Era el vacío que se apropia de su alma al sentirlo lejano pese a la cercanía. La costumbre que su presencia implantó, la calidez que sus acciones o expresiones hacían sacar una sonrisa, una lágrima o una simple mirada llena de agradecimiento por saberlo parte de su vida.

No era la primera vez que tenía que decirle adiós a Min Yoongi, no era su primera separación y sabía que de su partida dependía la vida de muchos seres pero aún así, dolía cual primera vez. El dolor era más desgarrador aunque su sonrisa pretendía demostrar que todo estaba bien, que su corazón no se estaba estremeciendo cada segundo que pasaba, su alma y la tristeza que la corroía tiraban de él hacia el fondo de un acantilado donde solamente sus lágrimas le harían compañía.

Tenía que ser fuerte como padre, como Atemin, suegro, abuelo, hijo, hermano, como amigo pero como hombre, no lograba encontrar toda la fortaleza necesaria para soportar una vez más la lejanía de su hombre, la separación de su familia. Quería tener a su bebé cerca, a su esposo, yerno y futuro nieto muy cerquita de su persona pero sentía como si nuevamente todos se fueran a ir dejándolo totalmente solo.

Sin querer lo acostumbraron a todas esas cosas. Le enseñaron que eran maravillosas, de forma sutil como la tentación, llenando ahora que cada uno volvía a su vida su corazón de inquietud. En un mundo raro de lunianos, terrestres, guerras que atraviesan galaxias y espacios vacíos en el universo lo único que lo mantenía lúcido era su familia. Ya no concebía su vida sin ellos, no estaba preparado para eso.

— ¿Vas a seguir pensando en todas las cosas que golpean ahora tu brillante mente? — cuestionó con voz suave Yoongi tras agitar su cabellera. — Nos quedan minutos, menos de dos horas para mi partida y no quiero llevarme de ti tu imagen triste y pensativa. Si muero mañana quiero tener el recuerdo te tu hermosa sonrisa clavada en mi pecho, grabada en mi cabeza.

— Después dices que nuestro hijo es cursi. — Rió tratando de hacerle caso a sus palabras. — No puedo evitar estar triste cuando mi Minrey se marcha. No después de lo que me mostrarte hace un rato. No me puedo relajar porque sé que lo de morir mañana no es solo una broma o una frase llena de cursilería para este momento, es algo real. Puedes literalmente morir mañana y si eso ocurre, yo me muero y lo sabes.

— Atemin...

— Yoongi, hablando con propiedad, si mueres, todo s revolucionaría. Quiera o no nuestro hijo será llevado por los poderes de tu mundo hacia él porque es tu sucesor. Tendrá que librar una guerra que lo pondría en riesgo no solo a él, sino también a nosotros. A Taehyung, al bebé de ellos, a mí... Hedas vendrá por los seres que fortalecen a nuestro hijo, los únicos que le importan. Todo entraría en caos, es imposible no preocuparme.

— Pero no me matarán Atemin, después de todo soy tu Suga. — Sonrió y lo abrazó con fuerza, impidiéndole que lo viera, no quería que viera las lágrimas que se estaban comenzando a resbalar por su rostro. — Te prometo que no me dejaré morir, lo único que me puede matar sería tu abandono y desamor, cosas que estoy seguro que nunca ocurrirán, por ende, hay Min Yoongi para largo.

— No puedes estar tan seguro de eso.

Intentó separarse pero ligeramente el rey ejerció un poco más de fuerza para mantenerlo en su sitio. Sabía que no era el único preocupado o triste. Conocía demasiado bien a su esposo como para no saber que estaba intentando con todas sus fuerzas no quebrarse frente a él.

— Estoy totalmente seguro de ello Jimin. A mí no me sucedería nada y nosotros nos volveremos a ver. Nuestras familias estarán bien y todos seremos felices. ¿Alguna vez he roto alguna promesa?

Amor LunarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora