Capítulo 1

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No sé por qué no estoy dumiendo a estas horas de la mañana. Quizás tenga demasiadas preocupaciones en mi cabeza, o simplemente no tengo nada en qué pensar.

A veces, las personas se preocupan por tonterías. Hacen una montaña de un grano de arena. También le dan importancia a errores que no la tienen y que quieren cambiar. Pero el pasado no se puede cambiar. Y te preguntarás: ¿Por qué habla en tercera persona? Porque yo no soy uno de ellos. No sé qué soy, pero no humana, o al menos no me siento como tal. Aunque, en realidad, ¿cuál es el significado de ser humano?

Tampoco entiendo qué hago en la Tierra, cuál es mi misión aquí. Pero eso nadie lo sabe. Hay gente que se pregunta si va a servir de algo su existencia, si hará algo para cambiar el mundo, si será útil en esta vida.

Me levanto despacio de la cama, sin hacer prácticamente ruído. Mis pies descalzos tocan el congelado suelo y el frío recorre todo mi cuerpo. Me pongo los zapatos y camino hasta la puerta. Voy a salir a fuera.

La brisa marina entra por mis fosas nasales y me llega hasta el cerebro, despejándome. No sé por qué no he podido conciliar el sueño. Debe de ser por los nervios de mañana. Sí, mañana empiezo el instituto. Intentaré integrarme.

Os contaré un poco de mi vida, bueno, de lo que recuerdo de ella. Solo tengo memoria de lo que hice de hace dos años hasta hoy. Mis padres adoptivos me encontraron en un lugar en el bosque, perdida, confusa y casi muerta. Me recogieron y me cuidaron. No sé lo que pasó antes de aquello, ellos tampoco. Pero son mi familia. Puede que tuviera una antes, pero no la evoco. Saben que no soy como todos, físicamente igual, mentalmente distinta. A simple vista solo notarás que soy rara, porque todavía no conozco mucho las costumbres o formas de vivir de aquí, pero si estás conmigo puedes observad que hago cosas sobrenaturales.

Estes dos años no he ido al colegio, sino que me enseñaron en casa mis padres. Tengo conocimientos que desconozco, y académicamente soy buena, pero pensaron que aún no estaba preparada, pero creo que ahora tampoco. Nunca me he relacionado con nadie, nunca he tenido lo que se les llaman "amigos", y conozco a poca gente. A los vecinos y a la familia de mis padres, que según ellos, ahora también es mía. A unos les caigo mejor que otros.

No sé cuál fue mi nombre en un pasado, pero ahora me llamo Alana, a mis padres les gustó y a mí realmente me daba igual el nombre, solo quiero saber el mío en realidad. Supongo que este es temporal. Creo que tengo diecisiete años. No sé cuando he nacido, así que mi cumpleaños es el día en el que ne encontraron.

Camino un poco por el húmedo césped que moja mis zapatos. Me siento en el columpio del jardín y observo la Luna llena. ¿Cómo puede tener tanta belleza aún estando a tantos kilómetros de distancia?

El viento me moldea el cabello, despeinándolo. Coloco un mechón detrás del lóbulo de la oreja antes de volver a entrar en casa. Se empieza a notar que el verano se acaba, dando paso a una estación más fría.

Me acuesto de nuevo en la cama, esta vez ya me he dormido.

SairyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora