XII. Ambivalencia

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"Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tenga necesidad de perder la esperanza en la vida."

Viaje al centro de la tierra de Julio Verne.

Tres días después de ser ingresado al hospital, Felix despertó encontrándose con JiSung recostado contra el sofá negro de la pequeña habitación en la que estaba y con una manta sobre su cuerpo

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Tres días después de ser ingresado al hospital, Felix despertó encontrándose con JiSung recostado contra el sofá negro de la pequeña habitación en la que estaba y con una manta sobre su cuerpo. Su visión estaba borrosa, pero alcanzó a divisar la intravenosa y alcanzó a escuchar los leves sonidos que emitía el electrocardiograma. Primero distinguió la luz solar colmando toda la estancia y luego contempló el rostro compungido de su mejor amigo, a pesar de estar dormitando cual bebé, babeando sobre el sofá y soltado suaves suspiros.

Entonces, Felix esperó. Sospechó, por el lugar en que se encontraba, que las cosas no le salieron demasiado bien. Obviamente, tampoco le habrían salido bien si hubiera tenido el control suficiente sobre la situación. Sin embargo, lo que más quería evitar era que JiSung se enterara. A pesar de a veces ser un gruñón y tratarlo como si fuera su hijo, JiSung tenía una vena demasiado sensible y Felix era consciente de que el hombre entraría en pánico y estaría alterado por cualquier cosa que le sucediera al beta, hasta caer en el llanto por las sensaciones experimentadas.

Ahora, todo esto por su jodida negligencia.

La puerta se abrió un rato después. Felix dirigió sus ojos allí y se encontró con MinHo que llevaba dos tazas de café en sus manos. ChangBin iba tras él. Los dos notaron que el beta estaba despierto cuando Felix hizo una especie de gemido que terminó sonando más a un gruñido.

—Oh —murmuró MinHo—. Me alegro que hayas despertado, Felix.

—Llamaré al médico —se limitó a decir ChangBin mientras dejaba sobre una mesa ratona marrón, ubicada al lado del sofá, su tasa de café y salía de la habitación.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó MinHo.

—Nada agradable —murmuró con la voz ronca—. Mi cuerpo pesa demasiado.

—Bueno... nos diste un susto —dijo, pero no continuó porque se dedicó a despertar con calma a JiSung—. Sunggie, despierta. Sunggie, cielo, despierta.

Felix se limitó a escuchar y observar, esperando que su mejor amigo abriera sus somnolientos ojos. JiSung restregó sus ojos y le sostuvo la mirada a MinHo.

—Felix ha despertado, Sung.

Tras haber escuchado eso, JiSung dirigió su mirada a Felix y se mantuvo en el sofá sin mover más que sus ojos. Lo estaba revisando, pero más allá de eso, parecía a punto de soltar un sollozo. Y Felix se sintió horrible. Fue un desconsiderado, no cabía duda en ello.

—Yo...

—Joder, casi muero —dijo, saltando del sofá para poder abrazarlo, pero luego se contuvo y solo le apretó una mano—. Por favor, no vuelvas hacer esto. Te lo suplico. Pensé... pensé que ibas a morir.

Alive © ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora