"El miedo no te detiene; te despierta."
Divergente de Veronica Roth.
La última clase terminó y Felix podía decir que su concentración fue nula durante las dos horas. La conversación con los dos alfas le dejó desazón, incertidumbre y un millón de pensamientos que no tenían un hilo conector con otro. Durante la clase, quiso golpearse con fuerza contra el pupitre, pero se controló lo suficiente como para solo enterrar sus uñas en las palmas de sus manos. No tomó ninguna nota y fue bastante inteligente como para, al menos, prender la grabadora del teléfono y grabar la clase que de seguro solo era una introducción a la asignatura.
Salió del salón a paso lento y se disculpó con las personas con las que se tropezó. Era bastante obvio que estaba ido gracias a la poco agraciada charla que tuvo con los alfas y se sintió decepcionado de sí mismo por ello. Se suponía que sus emociones se mantenían a raya, solo concentrándose en su familia, en su estudio, en su trabajo y en sí mismo. ¿Por qué tenía que darles atención a dos personas que no le daban confianza? Al menos, podía sacar la excusa barata de la desconfianza para encubrir su obvia estupidez.
Su teléfono vibró en el bolsillo del pantalón y confirmó la llegada de un mensaje de JiSung. Suspiró profundamente y se dirigió hacia el punto de encuentro con su mejor amigo. Sin embargo, su atención se desvió a una tienda de snacks y su estómago rugió de hambre. Compró un paquete de frituras para él, uno para JiSung y un ponqué de chocolate para Dylan. Faltaba poco para ir a recogerlo y esperaba que JiSung lo acompañara.
La fritura que introdujo en su boca crujió y buscó lentamente a su mejor amigo, pero fue sorprendido con un peso cayendo sobre su espalda y su paquete de frituras siendo arrebatado. Soltó un gruñido por el evidente robo y colocó una mano en la pierna con la que JiSung rodeó su cuerpo, para sostenerlo mejor y evitar su caída.
—Te compré uno, idiota, no tenías por qué robar el mío.
—Deja de llorar, Lee —bromeó JiSung, Felix rodó sus ojos—. Te daré del mío, si eso te preocupa.
Con la boca manchada de comida, JiSung besó una mejilla del beta que hizo una expresión de aversión. Han soltó una ligera risilla que a Felix se le antojó muy infantil, pero lo dejó pasar. No por estar un poco amargado, iba a arruinarle lo que restaba de día a su mejor amigo. Cuando JiSung se bajó de su espalda, le arrebató el paquete e identificó a Kim SeungMin al lado del omega.
—Oh. Hola, SeungMin —saludó—. ¿Qué tal te ha ido?
—Hola, Felix. Me ha ido muy bien, gracias. ¿Cómo te ha ido a ti?
Se encogió de hombros y movió su cabeza de un lado a otro.
—No es el mejor día, pero no hay nada para derrumbarse.
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Alive © ChangLix
أدب الهواةVivir. Lee Felix aprendió a vivir, a pesar de las dificultades por las que pasó a lo largo de su vida. Luchar se convirtió en la mejor forma de salir adelante en aquel mundo lleno de injusticias. Las memorias de un pasado perturbador parecían demasi...