XIV. Ademán

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"Convertirse en un valiente no es la meta. Eso es imposible. Se trata de aprender cómo controlar tu miedo y cómo liberarse de él."

Divergente de Verónica Roth.

Felix despertó sobresaltado y boqueando cual pez en busca de aire

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Felix despertó sobresaltado y boqueando cual pez en busca de aire. Tuvo una pesadilla, pero más que una pesadilla, fue un recuerdo del pasado que quería seguir ocultando a toda costa y que comenzaba a tomar fuerza en su presente. Sin embargo, el miedo enfermizo junto a la ansiedad que todavía sentía no se comparó en nada con la inquietud que apareció cuando un olor extremadamente fuerte, pero dulce acudió a su olfato. Rápidamente se levantó de la cama y rectificó que el cachorro no se despertó por su movimiento brusco. Un mareo lo azotó en el camino y con el nerviosismo a flor de piel, salió de la habitación, cerrando la puerta con cuidado.

El olor de un omega herbívoro era normalmente llamativo y fuerte, pero en época de celo, tal aroma se intensificaba hasta ser asfixiante para quien estuviera cerca. No obstante, para los alfas carnívoros el aroma era mucho más atrayente, puesto que a veces estaban mucho más cerca de su parte animal que racional. Por esta razón, Felix sucumbió al pánico que se sentía latente tras cada paso que daba hacia la habitación de su mejor amigo.

La madre y el hermano de JiSung se encontraban frente a la habitación del omega, con una expresión de preocupación que no sabían cómo llevar. Felix nunca estuvo presente cuando JiSung entraba en celo, pero sabía que el que JiSung estuviera liberando más aroma de lo normal, no era algo que se tuviera que pasar como si nada. Mandó saliva cuando la señora Han le notificó que los supresores que normalmente le daban al omega no le estaban surtiendo efecto y que JiSung se encontraba mucho más inquieto de lo normal, como si estuviese llamando a su alfa.

—Pero no puede ser posible que Sunggie tenga un alfa, él no nos ha comentado nada —murmuró la señora Han, mirando preocupada la puerta de la habitación de su hijo mientras escuchaba sus jadeos llenos de dolor.

—¿Él te ha comentado algo, Lix? —preguntó YoungHyun, mirándolo fijamente.

Fue en ese momento cuando Felix se tensó, se irguió y caminó hasta su habitación sin decir nada a cambio. El mayor lo siguió mientras él desbloqueaba su teléfono celular y buscaba entre sus contactos uno en especial. Sus manos temblaban sin control alguno mientras el nerviosismo se intensificaba por la mirada fija de YoungHyun en él. Marcó el número y esperó que la otra persona respondiera su llamada.

—Por favor, por favor, por favor —susurró inquiero—. Contesta, contesta.

Colgó la llamada y volvió a marcar, mordiendo su labio inferior con fuerza. Se sentó en la cama, restregando su mano izquierda contra su pantalón de pijama para eliminar el excesivo sudor. Cuando llegó el tercer timbre, Lee MinHo contestó.

—¡Por fin! —exclamó.

—¿Felix? ¿Qué sucede? ¿Por qué me llamas a esta hora? —preguntó MinHo con la voz ronca por el sueño.

Alive © ChangLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora