Capítulo 20.

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-¿Estás segura?-preguntó suspirando.

Asiento, estoy preparada, más que nunca. Sé que va a doler, pero estoy dispuesta a hacerlo, después de todo, podré compartirlo con él. Y sostendrá mi dolor. Nunca antes estuve tan decidida a hablar sobre mi pasado. Amy y Kate saben algo, pero ese algo no es ni la mínima parte de mi vida. Para mí fue un gran obstáculo, y en vez de saltarlo, seguí corriendo hacia él, una y otra vez. Y ahora estoy preparada para contarlo, para compartirlo.

Suspiro, el silencio nos sobrecoge desde hace varios minutos. No sé por dónde empezar, es algo de lo que nunca he hablado, sólo conmigo misma y es bastante complicado.

-Emm... Pues, mi padre era un gran empresario inglés. Decidió ampliar su empresa, era demasiado ambicioso, cuánto más dinero, mejor. Vino a España, y aquí conoció a mi madre, se enamoraron y todo fue demasiado rápido.- trago el nudo de mi garganta.- Meses más tarde se casaron al enterarse de que mi madre estaba embarazada de Kenny. Eran una familia feliz, después llegué yo, mis primeros años fueron bastante buenos.- sonrío con añoranza.- Pero la felicidad no duró mucho más, de un día para otro...- soy interrumpida por el infernal tono de llamada de Louis.

Minutos después cuelga y se levanta.

-Era nuestro manager, se ha enterado de que no estoy en el hotel. Tengo una entrevista en treinta minutos y después iremos directamente hacia Birmingham. Tengo que irme Ali, pero nos veremos pronto, en dos semanas estaré en Londres.

Trago mi rabia, trago las ganas de golpearle y decirle que es idiota, que es un insensible. Pero me contengo, entiendo su trabajo, al fin y al cabo, la intrusa en su vida soy yo.

-Lo entiendo, pásalo bien.-susurro sin mirarle a los los ojos.

Después de un corto beso se marcha y me deja sola, sola de nuevo. Todas las ganas, todos los motivos que tenía para contarle mi vida se han ido. Ya no están, y extrañamente, creo que se han esfumado por la simple razón de que me ha decepcionado. Louis y yo no somos nada concretamente, vamos y volvemos constantemente, todavía no hemos llegado a esa punto de la relación donde se te abren los ojos y compruebas que es la persona correcta o que no lo es, y lo dejas ir. Y esperaba más de él.

Y la verdad, me doy asco. ¿Cuándo me he convertido en la adolescente obsesionada con el chico que le gusta? ¿Cuándo he pintado mi mundo de rosa? Está claro que le gusto, sí, le gusto. Lo he comprobado, entre miles de chicas se ha fijado en mi, pero es simple atracción. En cambio, yo veo a Louis de dos maneras muy diferentes. Por un lado, estoy perdida en él, es más que atracción. Pero por otro lado, sólo siento agradecimiento. Porque es capaz de entenderme, porque llegó y mantuvo una parte de mí, la mantuvo haciendo que no cayera. Y creo que ese es el problema, no comencé a enamorarme del verdadero Louis, comencé a enamorarme de sus actos.

Grito de frustación, dándole una patada al suelo, vaya mierda.

-Ali, ¿estás bien?- la suave voz de mi madre proviene de la cocina.

Me acerco a ella y la miro muy desconcertada.

-¿Cuándo has llegado?

-Mmm, he llegado justamente para verte llorar, depués vino el grito desconsolado, más llanto y luego volvió el enfado pero sin antes haber sonreído. Tres estados de ánimo en menos de dos minutos. Nuevo récord Ali.-bromea mientras agita un biberón entre sus manos.- ¿Qué va mal?- tuerce su sonrisa en una amarga mueca.

Contengo mis ganas de gritarle que literalmente se vaya a la mierda. Mi madre me conoce demasiado, sabe que algo no va bien.

-Nada.-susurro.

-¿Es sobre el famoso a nivel mundial por el qué todas las chicas están babeando? Sobre el cuál no me has hablado y me he contenido de ir a Londres y encerrarte de por vida en tu apartamento al verte en todas esas revistas.-dice bastante seria.

-Yo... mamá, lo siento, no pensé en ello.-susurro mientras la sigo hacia el salón. Coge a Emma y se sienta antes de que ella se lance hacia el biberón.

-No importa, cielo. Eso no importa ahora, ¿qué te pasa?

-Mamá, es muy complicado.-digo sentándome a su lado.- No estoy preparada para una relación, y menos si supone estar más tiempo sin él del que podremos disfrutar juntos. No soy estable, mi cabeza está hecha un lío. Pero, el principal problema es que el no siente lo mismo que yo, mamá. Que soy capaz de olvidarme del resto del mundo a su lado, soy capaz de ser medianamente feliz con su presencia. Y creo que no es de él de lo que me he encariñado, sino de lo que ha conseguido sobre mí...- me asombro al soltar tal cantidad de palabras delante de mi madre, con la cuál tengo una relación un poco distante.

-Cariño, es simple, tu misma lo has dicho, te has enamorado de sus actos. Sus actos, lo que él ha sido capaz de conseguir sobre ti, lo que él ha hecho que sientas. Lo ha hecho él, cariño. Con lo cuál, estás enamorada de él. De cómo es y de lo que hace gracias a ello. Y no te preocupes porque el no sienta lo mismo, seguro que no le has dejado conocerte. Y eso le atrajo, pero eso le impide llegar hacia ti, le impide ver lo que escondes.

Vale, si antes ya estaba frustada, ahora lo estoy mucho más. Ésta mujer ha acabado de liar mis pensamientos. Aunque creo que lo entiendo, mis pensamientos van cobrando sentido poco a poco. Si no pongo de mi parte, nunca sentiremos lo mismo uno por el otro.

¿Cómo voy esperar más de él si yo no he dado nada? Soy jodidamente egoísta.

Una idea cruza mi mente imprudentemente.

-Creo que lo entiendo, mamá. Gracias.-sonrío.

Desbloqueo mi teléfono y busco en mi lista de contactos. Encuentro el número y llamo.

-Niall, necesito tu ayuda.-digo mordiéndo mi labio rebeldemente.

Teardrops (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora