Después de una boda impuesta para ambos, la pareja que conformaron el Laird Eachann MacKenzie y su ahora esposa Moira, se dirigen a toda velocidad a las tierras del Laird, esperando que aun no sea demasiado tarde para su clan.
Eachann, tiene muy cla...
Cuando Eachann terminó el beso, tenía su pecho apretado, eran tantas emociones juntas, por un lado la preocupación por su hermana, y por otro la alegría que le causo el que Moira le correspondiera, confirmándole que no le era indiferente. Pero eso lo aclararía después, porque por hoy, lo mas importante era la forma de rescatar a Sheena. Por los momentos, el clan estaba abastecido de agua gracias a la repentina tormenta que azotó las tierras, y que, no le cabía la menor duda, era cosa de su esposa, el pueblo creyó que se debía a que los dioses estaban contentos por la unión de ambos, y que era la forma de bendecir su matrimonio. Ellos sin duda la aceptaron, y aún más al escuchar sus palabras de amonestación a Caelen, que aunque lo quería como su hermano, también debía reconocer que era un hombre terco, tan cerrado que para él todo era blanco o negro, no aceptaba tonos grises. Temió tener que intervenir ante lo que le dijo Moira, pero por primera vez, vi a mi tanaiste aceptar una verdad que aunque muchos lo pensábamos, no se lo habíamos dicho, sin duda el sabe distinguir el valor y autoridad en la gente, y lo reconoció en ella. - Moira, Caelen… necesitamos hablar, vamos a mi despacho. Los tres se dirigieron al lugar señalado, - Caelen, cuanta ventaja nos lleva McDonald? - Me temo Eachann que mucha, un día y medio. Se cubrió el rostro con sus manos en señal de preocupación, casi dos días!! En ese tiempo quien sabe que podían encontrar de su hermana, era bien conocida la crueldad de Sean McDonald,
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era un tipo enfermo de avaricia, quien no escatimaba en nada a la hora de conseguir lo que se propusiera. No tenia idea de cómo logró saber que él no estaba en el clan, por eso dirigió su ataque a su hermana, sabía que si el cómo Laird hubiera muerto, casándose con mi hermana podría reclamar las tierras MacKenzie, o al menos el hijo que de esa unión naciera, pero mientras tuviera la edad correcta, el se proclamaría como Laird interino, y no dudaba que se desharía tanto de Sheena como de su hijo, Sean era un ser sin alma, que solo vivía para robar y aniquilar lo que se le pusiera al frente. - Caelen… vé y reúne a un grupo de soldados, iremos tras ellos. Escuchando Moira la orden de su esposo, se puso de pie, diciéndole - Espera Eachann, quisiera hablarte, se me ocurre una mejor idea y quisiera que me escucharas… claro, si pudiera. El se levantó también y tomando la mano de su esposa le respondió: - Por supuesto muchacha… y por favor, jamás temas decir lo que piensas, tu opinión es muy importante para mi.
Sin duda este hombre estaba ganando mucho terreno a su favor, aún en la tierra Tuatha De, a una mujer no se le permitía hablar ante un concilio de hombres,
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