Cabalgaron como posesos, pasando valles y montanas, cruzaron ríos, tal y como lo dijo Moira, era muy buena rastreadora, sin su ayuda hubieran tardado mucho mas tiempo en encontrarlos, pero al fin los localizaron, llegaron a tiempo de que los malnacidos pudieran embarcarse a su isla.
Estaban acampados, sin duda esperando a que amaneciera para poder partir, ni tan siquiera imaginaban que les estaba acechando, pero ellos solo eran tres y en el campamento, por lo menos había una treintena de hombres, sin contar a los que estaba apostados en lugares estratégicos en función de vigilantes.
Furtivamente Caelen rodeo el flanco derecho el campamento tratando de encontrar un lugar donde poder meterse sin que se dieran cuenta, mientras Eachann se movía por la izquierda con el mismo plan.
Moira se quedo sola mientras ellos hacían una ronda, molesta por cierto, porque no se le dejaba participar, para ella ya hubiese tomado el lugar, matado a quien se opusiera y sacado a Sheena de ahí.
Pero las palabras de Eachann le retumbaban en la cabeza.
- Lo se querida, ya lo hubieras hecho, pero recuerda que no estas con el ejercito de tu madre, y que solo somos tres en contra de mas de treinta guerreros, y nosotros si morimos con facilidad.
Eso la hizo meditar en la fragilidad del ser humano, apenas llevaba unos días de casada y sentía una pesadez en el pecho al pensar que podría perder tan fácilmente a Eachann, se había apegado tanto a el y ni siquiera eran un matrimonio de hecho, sabia que por parte de el había deseo pero no un sentimiento perdurable… sonrió al pensar la preocupación de el al exponerla al peligro, que pensaría el si le dijera que ella estaba ahí por la misma razón que el… miedo de que se expusiera la peligro, sin duda le daría una larga charla de que el es un guerrero, que para estos momentos fue criado, que ha peleado tantas veces que había perdido la cuenta y quien sabe cuantas cosas mas, pero era algo que no podía evitar… protegerlo.
Un movimiento a su derecha y desenvaino su espada, era Caelen que volvía de su ronda.
- Soy yo mi señora… Eachann aun no ha regresado?
- No Caelen, aun no, pero debe estar cerca, debemos ser muy sigilosos para que no nos descubran.
Un minuto después, Eachann llegaba a ellos, se le notaba atribulado, algo no estaba bien.
- Que sucede? - Preguntaron a un mismo tiempo sus acompañantes
- Descubrí cual es la tienda de Sean, esta en el centro de la acampada, lo note porque esta rodeada de soldados, lo cual me preocupa, no se como haremos para llegar hasta el.
- Y si derribamos a los vigilantes y entramos con sus ropas? - Sugirió Caelen.
- No parece mala la idea, apoyo Moira, pero debemos hacerlo con muchísimo sigilo, no queremos que todos se den cuenta que estamos aquí.
A Eachann le pareció la idea, y visto de otra manera, era la única forma de poder acercarse lo suficiente al campamento sin llamar la atención.
No perdiendo tiempo, guardo su espada y saco su arco, su arma favorita, y ante la mirada confundida de Moira, se preparo a tirar.
Los tres vigilantes, estaban a una distancia considerable de ellos, así que no podía fallar, además el uno del otro estaban separados solo por unos metros, por lo tanto, si uno caía los demás lo verían, y podían correr para dar la alarma a los demás, así que tenían que ser tres tiros certeros.
Moira iba a decir algo, pero Caelen la tomo del codo suavemente y se llevo un dedo a la boca, insinuándole que guardara silencio.
Ella no comprendía el por que de lo que le estaban pidiendo, pero decidió que callaría, así, ambos se quedaron pendientes de Eachann que tenia una expresión de concentración absoluta.
Caelen en silencio, coloco tres flechas al alcance de su Laird, y este solo asintió.
Moira ya no soportaba tanta tensión, que hasta se podía cortar con un cuchillo, cuando de repente y en el tiempo de una exhalación, Eachann había disparado las tres flechas, que después fueron acompañados por tres ruidos sordos.
Por lo mas sagrado!! Eachann había acabado con los tres hombres en cuestión de segundos, una muy impresionada Moira lo devoraba con la mirada, nunca había visto a alguien usar el arco de esa manera, bueno a excepción de su madre, pero a ella el don del manejo de toda arma venia acompañado con el tótem de Morrigan, pero lo de Eachann era increíble, no sabia que había humanos con tal pericia. Sin duda su esposo no era un humano común y corriente.
Silenciosamente se arrastraron hasta llegar a los cuerpos, se vistieron como ellos, tuvieron ciertos problemas porque no eran tan fornidos como los dos hombres que la acompañaban, y ella era menuda y le quedaba grande los ropajes, se colocaron sus timones, Eachann le ayudo a ponerse el timón y esconder su cabello.
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Amor en las aguas MacKenzie
Historical FictionDespués de una boda impuesta para ambos, la pareja que conformaron el Laird Eachann MacKenzie y su ahora esposa Moira, se dirigen a toda velocidad a las tierras del Laird, esperando que aun no sea demasiado tarde para su clan. Eachann, tiene muy cla...