Capitulo No.29 - Visitas

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Los meses pasaban en completa felicidad en el Clan Mackenzie, en el castillo la historia no era diferente, pues se sentía en el ambiente que las personas que lo habitaban eran realmente felices.

Sheena estaba a punto de dar a luz mientras que Lorna y Moira cuidaban de ella, también cuidaban de sus respectivos embarazos.

Pasaban el mayor tiempo juntas, o en sus habitaciones con sus maridos que las mantenían encerradas dentro disfrutando de cada momento que tenían a solas y juntos.

Para Eachann era una nueva experiencia lo de ser padre, y lo disfrutaba en cada momento, las ocurrencias de su esposa, los deseos desmesurados a horas inauditas del día o de la noche, pero lo que más amaba, era el cambio que se había operado en el cuerpo de ella, cada día se veía más hermosa que el anterior estaba fascinado con cada descubrimiento en ella... como su vientre se hinchaba más cada día con su hijo, como aquellas curvas iban desapareciendo para dar paso a otras, ohhh pero sus pechos!! Era el culmen, pues habían crecido, se desbordaban de su mano, era algo precioso de ver y sentir.

Y a todo ello, le sumaba el líbido que ahora había aumentado alarmantemente en ella... ni ella misma se lo podía explicar, pero continuamente le decía que no podía siquiera verlo porque despertaba en ella el hambre de la lujuria... Eachann se consideraba un hombre muy fogoso, pero incluso a veces le asustaba su esposa quien lo tomaba en lugares y horas imposibles.

Habló con Thomas de ello, pues él era un hombre mayor, además que su figura paterna, consultándole si era normal que su esposa actuara de esa forma, pero el muy infeliz lo que hizo fue reventar a carcajadas, tuvo que esperar un tiempo para que se tranquilizara, y con lágrimas de risa en sus ojos añadió:

-Por los dioses muchacho!! Deberías de avergonzarte por llorar como una damisela.... que diría tu padre?? Un highlander cumple a cabalidad con los deseos de su mujer, no puedes avergonzar al clan huyendo de tu mujer en la intimidad.

Por lo más sagrado!! Thomas rompió a reír de nuevo al ver a Eachann rojo como un tomate.

Se puso de pie ante la ventana se serenó y ya más serio le dijo

-Las mujeres en el embarazo actúan de forma muy diferente Eachann, recuerdo que la madre de Caelen ni siquiera me dejaba tocarla cuando estuvo encinta... cosa muy contraria en Lorna esa mujer está igual en ímpetu a la tuya, y ruego a los dioses que nunca le falle... que se diría de mí?

-Pero te recuerdo Eachann, que aunque Moira se vea y comporte como una muchacha normal, ella no es de este mundo, la he observado muchas veces sabes?? Ella es buena, atenta y servicial, tal como debería ser la señora del castillo, pero ella sabe hacer cosas increíbles muchacho!! Ella, aunque conviva con nosotros como uno más, es un ser mágico tal como las hadas o las banshees de nuestra tierra... yo nunca había visto nada igual Eachann... es simplemente desconcertante.

-Por lo tanto no sabemos cómo actúan en ella los cambios en el embarazo... pero no debes preocuparte muchacho, ella te ama, se le nota en la forma en que te ve y lo más importante muchacho es que ella es feliz contigo lo demás no debe importar.

-Así que aliméntate y duerme bien, porque es deber que complazcas a tu esposa.

En ese momento tocaban a la puerta, y al abrirse una hermosa cabellera roja, se asomaba con sus ojos muy abiertos de sorpresa al encontrarse con Thomas y su esposo.

-Ohh!! Perdón... si interrumpo regreso en...

Y con una sonrisa que dividía el rostro de Thomas añadió:

-No muchacha ya había terminado el asunto con tu marido... así que os dejo solos para que hablen.

La puerta se cerró y Eachann abrazaba a su esposa, besándola apasionadamente Thomas tenía razón, él debía complacerla y moriría haciéndolo... simplemente era fascinante sentirse deseado por la persona amada.

Amor en las aguas MacKenzie
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