Capitulo 6 - Nos Descubrieron!

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Por los dioses!!! Moira no salía de la impresión que le produjo la escena, el lugar estaba en desorden, como si una pelea se hubiera llevado a cabo ahí, el camastro estaba hecho pedazos, las sabanas ensangrentadas, todo era indicio de una gran violencia.
Sin duda Sheena dio batalla, pero Sean al final se impuso, y de la manera mas cobarde y vil, atándola a un tronco, para luego latigarla cruelmente para someterla y así abusar de ella.
Pensaba en Eachann y hasta en el mismo Caelen, no quería que la vieran así, y estaba segura que Sheena tampoco.
Aun se escuchaba algarabía fuera de la tienda, no podía detenerse y debía pensar rápido, con su daga corto las ataduras, y con esfuerzo, logro tapar la espalda de la muchacha, esta gimió en respuesta, lo que quería decir que no estaba del todo inconsciente, así que trato de moverla para que se apoyara en ella.
Dulce nombre!! Su rostro!! Sus ojos no podían abrirse a causa de la inflamación, su nariz estaba rota y sangraba, sus labios partidos y en su piel se podían ver grandes cardenales que amenazaban con volverse negros… pero que le habían hecho a esta criatura!!
- Déjame maldito!! Te matare!! Déjame!! – musitaba apenas, lo que significaba que la fiebre estaba haciendo su aparición y estaba delirando.
- Sheena! Sheena!!... escúchame muchacha, ayúdame, quiero sacarte de aquí, por favor has un esfuerzo, tenemos que salir pronto.
Podría haber usado su poder curativo, pero se llevaría un valioso tiempo que no sabia si tenían, en cualquier momento podría llegar Sean y los demás hombres, no, ella debían salir de la tienda.
- Concéntrate Sheena, me escuchas?
- No, aleja tus manos de mi… no me toques!!
- Me envía tu hermano Sheena… Eachann esta aquí por ti.
Pareció que la mención de Eachann atravesó la bruma del delirio, porque aunque apenas podía hablar, susurró:
- Eachann? Aun vive?
- Si muchacha… aun vive y esta afuera, vinimos a por tí, Caelen también vino.
- Caelen… - un susurro que parecía un lamento y una gruesa lágrima surcaba su irreconocible rostro.
Eso confirmaba lo que descubrió en Caelen… se amaban, y ese llanto silencioso decía mas que muchas palabras.
- Sácalos de aquí, por favor, fue un error el que vinieran, llévatelos lejos, diles que me encontraste muerta… no será una mentira, porque siento que pronto sucederá.
A Moira se le hizo un nudo en la garganta, y viendo en ella el rostro de Ayleen que era su hermanita menor, se negó rotundamente a lo que Sheena le proponía.
- De ninguna manera, si crees que ellos aceptaran esas palabras de mi parece que no les conoces, ellos te llevaran consigo viva o muerta, pero no te quedaras en este inmundo lugar, así que ayúdame, tenemos que salir de aquí, saca fuerzas de donde sea!! Tu hermano me dijo que eras una mujer terca, y si realmente eres su hermana, se que no te darás por vencida fácilmente.
Aun en sus condiciones, Sheena se las arreglo para que un conato de sonrisa saliera de sus labios, aunque después se convirtió en una mueca, ella estaba sufriendo muchísimo.
Con muchísimo esfuerzo, Sheena logró ponerse de pie y se apoyó en la desconocida, ni tan siquiera sabia quien era, y que hacia ahí con su hermano y Caelen, pero aunque estaba desorientada por la fiebre y los golpes, ella deseaba ver, aunque fuera por ultima vez, el amado rostro de Eachann y el amor de su vida, y maldita fuera!! Se negaba a ser enterrada en otro lugar que no fuera su amada tierra MacKenzie, así que las pocas fuerzas que le quedaban las quemaría saliendo de ese lugar, solo quería tener la oportunidad de despedirse, porque sabia que la muerte le sobrevendría pronto, la realidad es que solo su cuerpo se negaba a morir, pues su espíritu había muerto hace mucho, se sentía vacía… hueca.
Moira se topó con un problema, en las condiciones que Sheena se encontraba, no podría sacarla de la forma que entro, así que tendrían que salir por el frente de ella, donde todo el mundo podría verlas.
Mientras tanto en las afueras, la pelea que Eachann y Caelen habían comenzado, estaba en su fulgor, se habían propinado golpes estratégicos para darle realismo a su actuación, pero sabían que no podría durar mucho tiempo, pero fueron detenidos por una voz que hizo a todos los hombres envararse… la voz de Sean MacDonald.
- Pero que demonios pasa aquí?? Parad la trifulca!!
Ambos pararon de golpearse, cuidándose de que les reconociera trataron de darle la espalda al Laird.
- Creí que tu problema era conmigo… Laird MacKenzie!!
Maldición!!! Los habían descubierto!! Pero como?
- Detenedles!!
Enseguida fueron rodeados por los soldados, pero no se iban a rendir, si querían atraparlos, harían que se esforzaran un poco.
Y como cuando eran niños, Caelen se pego a la espalda de su Laird, así ambos cubrían su retaguardia y no podrían tomarlos por sorpresa.
Pero ellos no conocían lo que es le honor de guerrero, ya que todos se fueron encima de ellos, se defendieron como fieras, y a Eachann se le dibujaba una sonrisa en el rostro al ver que Sean veía con los ojos como platos como estaba aniquilando a sus hombres… si el muy cobarde había tocado un tan solo cabello de su hermana, el no saldría vivo de allí, eso lo juraba por su nombre.
Pero había cantado victoria muy pronto, un mazazo en la cabeza lo hizo caer de rodillas, Caelen trato de ayudarle pero quien lo había golpeado le propinó otro certero golpe que lo dejo inconsciente, y eso lo aprovecharon los demás soldados para agarrarlos y retenerlos, el tanaiste del Laird sacaba su espada y se dirigía a ellos para matarlos.
- No los matéis… por los momentos.
- Como supiste de nosotros?
- Oh Laird MacKenzie, las noticias vuelan, y aun mas cuando se paga por estar enterado!
- Eso es una mentira!! Nadie de mi gente me traicionaría!
- No lo es… con lo sucedido a tu pueblo, solo era cosa de llegar a un precio Eachann, y no hay ser humano que no lo tenga.
- No negaré que no ha salido nada barato, pero la verdad sea dicha… ha valido la pena, la información que me ha dado vale oro.

-	Imagínate!! – soltó una sonrisa malvada

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- Imagínate!! – soltó una sonrisa malvada.
- Aquí morirás, nadie de tu gente sabe que estas aquí, desapareceré tu cadáver, así me asegurare que no exista nadie que reclame las tierras que serán de tu adorada hermana y luego mías cuando nos casemos.
- Y las extensas tierras Mackenzie, pasaran a ser mías… oh bueno, mejor dicho, de mi hijo hasta que tenga la edad suficiente, aunque mucho podría pasar mientras tanto.
- Sabes… nos hemos cansado de vivir en la isla, desde hace un buen tiempo le llevo la pista a lo que ha pasado con tu clan, así como a los clanes McLeod y Campbell… pero solo tu tenias algo que los demás no… tu hermosa hermana Sheena.
- Maldito!! Ella jamás hará caso a tus insinuaciones!!
- No lo necesito, si ella quiere o no esta unión, es algo irrelevante para mi, lo único que necesito es que tenga un vientre para procrear y que esté sana, lo demás no me interesa, aunque debo reconocer que será un placer que acuda a mis aposentos… es preciosa!
- Si te atreves a tocarle un cabello, te mato, juro que así será.
- Guárdate tus amenazas Eachann, no estas en posición de hacerlas, además… has llegado muy tarde, mi semilla está en ella, y en estos momentos ella ya debe llevar a mi heredero en su seno.
Nada lo había preparado para esto, su sangre huyó de su rostro, quizás la espada hubiese dolido menos que las palabras de Sean, no quería creer que algo tan terrible pasara a su hermana, debía ser una mentira del MacDonald… pero a quien quería engañar.
- Esto me hace pensar – dirigió la mirada a su tienda – con quien más has venido?
Ni bien había terminado de pronunciar esas palabras cuando una mujer pelirroja y con una belleza sin par, salía de su tienda.

Amor en las aguas MacKenzie
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