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Secco se dejó envolver por la calidez de ese beso inesperado. En el fondo él gustaba un poco de Cioccolata, pues como dicen, "del odio al amor solo hay un paso", pero Secco siempre se quedaba en un punto intermedio, más cercano al odio que otra cosa.

—Mi pequeña y asquerosa mierda ¿Te ha gustado el dulce?

Secco no pudo responder, ya que el dulce se había quedado atorado en su faringe y no podía descender bien por dicho tracto. El pobre estaba poniéndose azul por la falta de aire. Cioccolata rodó los ojos e intervino oportunamente haciéndole beber gran cantidad de agua directo de la jarra. Una vez que el caramelo pasó sin problemas el segundo segmento del tuvo digestivo para dirigirse a el esfínter que separa a la faringe del esófago, Secco se sintió mejor. Aún estaba asustado y algunas gotas de agua escurrían por la comisura de sus labios.

—¿Qué te pasa? ¿Quieres matarme? ¿Quieres que nos maten? ¿Qué hubiera pasado si alguien nos ve?

—Nada, a Carne no le importaría, Tiziano y Squalo son gays y Doppio... Bueno, imagino que él se la pasa mordiendo las almohadas del jefe.—respondió el mayor restándole importancia—No tendría nada de raro que tú y yo... Ya sabes...

—Aghhh, no. No, no.—no podía decir otra cosa, Secco no quería eso para él. Aquel joven en realidad no tenía interés romántico hacía nada ni nadie debido a que todos lo rechazaban por su aspecto o por su comportamiento.

—¿Por qué no?—preguntó el otro acercándose a Secco peligrosamente.

—No sería cool.—respondió lo primero que le llegó a la mente, tenía unas terribles ganas de huir en ese momento.

—Es una lástima, Secco... Si estuvieras conmigo yo... Te daría dulces, te sacaría del maldito hoyo de donde te encontré, te daría dinero, te trataría muy bien, en pocas palabras sería tu perra.—dijo.

El menor lo pensó un poco para finalmente responder que eso ya lo hacía sin necesidad de tener un vínculo afectivo del tipo amoroso.

—Bien, tú te lo pierdes. "En lo que la droga hace su magia"—dijo para sí mismo y se sentó a esperar a que ocurriera la magia de She Is So High, aquella droga en prueba que hasta ese momento había resultado una maravilla.

Pasaron diez minutos y Secco comenzó a sentirse mal, se sentía cansado pero también notaba que le costaba cada vez más el moverse además de que su talante se tornaba más agresivo a cualquier mínima provocación. Lo atribuyó a él des balance en su dieta. Creía que debía alimentarse mejor, no podía vivir de tres cigarrillos, dos tazas de café cargado y seis cubos de azúcar diarios.

—Cioccolata... Me siento mal.—se quedó sentado en el suelo.

—¿Qué te ocurre, mi dulce hombre prediabético?—respondió el otro desde su silla mientras hojeaba una revista, intentando parecer ajeno a lo que le ocurría a su compañero.

—Estoy raro... Me cuesta moverme... ¿Qué tal si es parálisis?

—Si vieras lo que a mí se me paraliza con ver ese perro culazo que te cargas... ¡Lo siento! Oh, no no debes preocuparte. Es por no comer bien, Secco, te he dicho que debes alimentarte mejor y dejar de fumar, te hace mucho daño.—inventó.

De un momento a otro se sintió desnudo, efectivamente su stand desaparecía lentamente dejándolo sin nada que cubriera su cuerpo.

—¿Otra vez? ¡No! ¡Oasis, vuelve ahora mismo!—trató de concentrarse en hacer volver a su stand pero este no regresaba.

—Quizá Oasis se hartó de estar pegado a tu cuerpo mugroso... ¿Hace cuánto tiempo no te bañas, Secco?—se acercó a él para revisar si había tomado un baño recientemente aunque solo lo hizo como pretexto para tocar su cuerpo semi desnudo.

—Me bañé ayer... No espera, si hoy es lunes fue ¡El sábado!

—Por eso, tu stand es igual de mamón que tú y por eso te abandona cuando hueles feo.—se puso a oler a Secco, especialmente en la zona detrás de sus orejas. El menor no despedía un olor desagradable, pero tampoco olía bien, solo era un olor neutro, normal.

—¿Por qué me abandonaría cuando lo necesito?

—Porque es como tú papá. ¿No lo habías pensado?

–No, y me aterra pensar en ello, así que no lo menciones más.—intentó ponerse en pie pero sus piernas vencían, estaban muy débiles.—Mierda, tengo miedo...

—Mmmmm, miedo.—Cioccolata amaba ver a la gente sufrir, pero también le gustaba ver a la gente asustada y le gustaba aún más si el motivo de ese miedo era él.

—Te ayudaré. Vamos, no tengas miedo, yo estoy aquí.—se sentó junto a Secco y lo abrazó. Estaba ansioso de sentir el roce de esa suave piel sobre la suya en un acto sexual sucio.

—Cioccolata, suéltame. Me incomodas.—dijo Secco.

—Huuuhhhh todavía de que quiero A Y U D A R T E, me rechazas.

—No es eso... No quiero estar cerca de ti. Siento que tienes algo... No sé. Algo dentro de mí me dice que me aleje.

—Pues no le hagas caso. Bien, abre la boca, esto te calmará—le dio un terrón de azúcar sumergido en "polvos mágicos".

—Otra vez ese sabor ácido. El azúcar debe ser siempre dulce...

–Parece que me estás descubriendo.—comentó Cioccolata divertido—pero no servirá de nada pues te olvidarás de todo.

—¿Qué mierda me metiste, animal?—preguntó el de ojos azules completamente enojado.

—Jo, jo. Aún no te meto nada, espera y verás.—Por debajo de la ropa ya se encontraba muy tieso. El simple hecho de ver a Secco le excitaba y más aún si no llevaba encima su stand, así podía ver a la perfección cada parte de su cuerpo sin imaginarse nada. Esa piel blanca y algo reseca, aquella musculatura bien trabajada que lo hacía lucir estético y hermoso, esas cicatrices antiguas repartidas por todo su cuerpo y sobre todo, ese enorme trasero que tanto le gustaba. A veces Cioccolata se sentía sucio dejando caminar a Secco en frente de él solo para verle las nalgas.

El mayor no pudo aguantar más y deslizó sus manos por debajo de la ropa interior (o en ese caso la única prenda que Secco llevaba) para así acariciar esas redondas posaderas.

—Ahhh.—un pequeño gemido se escapó de la boca de Secco al recibir ese tacto. Las manos de Cioccolata eran grandes, pero suaves y bien cuidadas...y en ese momento acariciaban lento la intimidad de Secco.

Neta que me voy a emputar si cuando lo animen le nerfean las nalgas al Secco. Es que no mams, hijo de su puta madre ya quisiera tener yo tenerlas así.

 Es que no mams, hijo de su puta madre ya quisiera tener yo tenerlas así

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Aprecien esos glúteos nnghhh

Por cierto, quiero agradecerle a MelitoMel2 por hacer una nueva portada para este fic, me gustó mucho esta linda owo 🌸💞💕💖

Sweet as sugar [Cioccolata x Secco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora