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Secco se sintió amado cuando Cioccolata besó su cuerpo. Secco se sintió amado cuando Cioccolata entró en él. Secco se sintió amado cuando Cioccolata lo llenó de su semilla. Se sintió amado al entregarse en cuerpo a ese hombre que lo había salvado, a ese hombre que había dado todo, a quien le debía esa nueva oportunidad de vida, de la cual no podía estar más agradecido. Tanto que cedió su cuerpo al placer.

Era algo triste su situación, ya que al ser ese tipo de chico al que todo el mundo consideraba "raro". Creyó que nadie en el mundo iba a sentir atracción por él. Debido a esa situación, el joven decidió aislarse socialmente, restringiendo todos los encuentros con personas de cualquier tipo. Menos con Cioccolata, a quien le tenía un profundo respeto y una gran admiración. Pronto este par se volvió inseparable, ya que descubrieron que ellos dos eran algo parecido a "almas gemelas" que tanto en batalla como en la vida ambos obtenían ventaja trabajando juntos. Que combinaban y se complementaban a la perfección, era el destino el que los había juntado. Ellos dos juntos eran una fuerza poderosa.

Sin embargo, a pesar de "estar hechos el uno para el otro" Secco en ningún momento decidió externar lo mucho que le atraía el otro hombre. No porque le importara el qué dirán, sino porque no se sentía suficiente para Cioccolata, sumado a que muchas veces lo hacía enojar a tal punto de querer matarlo. Hasta para Secco, Cioccolata a veces llegaba a ser terriblemente odioso y frustrante.

El menor nunca creyó que su amistad avanzaría a la siguiente base. Estaba emocionado pero a la vez Tena miedo de ser lastimado ¿qué tal si todo el misterioso daño aparentemente sin explicación que aparecía seguido en su cuerpo era causado por ese hombre de hermosos ojos verdes? Secco no podía creerlo, más bien no quería, de algún modo estaba auto engañándose haciéndose creer a sí mismo que Cioccolata le amaba de verdad, además de que las actitudes del otro no ayudaban a demostrar lo contrario, oyes en los últimos días su compañero se había mostrado amable y cariñoso hacia él, incluso más ya que de un momento a otro ambos se encontraban haciendo el amor sobre la cama pulcra,entre tendida en la habitación de Cioccolata.

El mayor estando recostado sobre dulce amante comenzó a repartir besos en la blanca piel de este, manchándola con el oscuro labial que solía usar. Marcando su territorio con besos y fuertes mordidas bajó desde el cuello de Secco hasta su pecho. Por su parte el menor se sentía en las nubes, su piel era muy delicada pero tenía la ventaja de que era muy sensible y, con el mínimo toque de la piel de su amante sobre la suya era suficiente para erizarlo. Le fascinó que Cioccolata se detuviera a besar su cuello, era muy sensible ahí. Con cada toque, se sentía un grado más elevado, haciendo que suaves gemidos escaparan de él sin pena alguna, hasta que se topó con que el otro había bajado lo suficiente como para llegar a su pecho desnudo.

—Tienes pecas aquí. No lo había notado.—dijo Cioccolata mientras acariciaba los pectorales de su amante.

—Vaya hallazgo. Yo tampoco tenía idea.—respondió Secco intentando resistir la onda de la  que recorría el interior de su cuerpo.

—Eres muy lindo en verdad. No entiendo como a veces la gente te mira con desagrado. Solo mírate, este hermoso cuerpo es la tentación. Cualquier hombre o mujer moriría por probarlo.—dijo Cioccolata, en seguida dirigió su boca hacia uno de los rosados y pequeños pezones de su desnudo amante.

—AHHHH. Entonces tú eres muy afortunado, Cioccolata. Tú puedes probarme tantas veces quieras y de las formas que quieras. No me negaré nunca.—con esa frase había firmado sin querer su sentencia de muerte.

—Así que me dejaras tomarte como guste. Interesante, pero ¿a cambio de qué?

—No quiero dinero, no quiero dulces... Solo quiero que me adores como lo haces, que me ames como lo haces, que me mires, que me toques, que yo sea tu gran amor. Quiero ser aquel que domine tus pensamientos cuando te encuentres en completa soledad. Quiero ser la primera persona en quien pienses al despertar y la última antes de irte a dormir... En pocas palabras, se honesto conmigo pues yo te entregaré mi cuerpo y mi alma. Te amo, Cioccolata.

—Ohh, mi niño tan hermoso. Eres muy dulce.— volvió a besarlo, esta vez un largo y tierno beso.—No es necesario que me lo digas, yo te adoro. Todo lo que me has dicho que deseas lo he hecho por años y lo seguiría haciendo toda mi vida...—dijo una vez se separaron.

Entonces continuó con su labor, se alejó un poco para poder posicionarse en frente de las rodillas de Secco, separando,as y obligando a este a abrir su piernas. Había quedado totalmente expuesto, ese húmedo agujero rosado se encontraba a su disposición, algo herido y algo roto. Pero esta vez Cioccolata tendría cuidado de no lastimarle. No quería que Secco uniera todos los hilos, pues si se dejaba llevar, sabría que él era quien le hacía daño. Quería  ser suave para que el otro no notara nada extraño y no lo relacionara a su daño físico.

—¿Puedo?

—Adelante.—respondió sonrojándose.

De este modo Cioccolata humedeció sus dedos con saliva y comenzó a encargarse del apretado (y herido) ano de su amante. Introdujo con delicadeza un par de dedos y esperó a un el menor se acostumbrara. No tardó mucho,pues Secco estaba tan excitado querápidamente su ano se había abierto y ya se encontraba moviéndose en busca de un mayor contacto.

Ese momento iba a ser especial para él. Lo que no sabía es que no iba a ser así todo el tiempo y que ese dulce trato desaparecería en el more to en que She's so high se absorbiera en su cuerpo.

Uwu hola, perdón los errores, ando bien pacheco jajajaja

Sweet as sugar [Cioccolata x Secco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora