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22. Ahora o nunca. Parte 2

El sol se iba colando por las ventanas de cada una de las habitaciones de ese majestuoso lugar. Se podía escuchar el silencioso ir y venir de algunos de los trabajadores del hotel acomodando todas las cosas para empezar una nueva mañana, algunos de los hospedados ya estaban despertando e iniciando con sus labores recreativas, mientras que en otras habitaciones otros aún dormían. 

Este era el caso de Sakura; todavía se encontraba en un placentero sueño, al contrario, Syaoran este último no quiso dejar sola a la castaña, aun tenía muy presente la fea escena en que la encontró, siendo sujetada por un grotesco hombre que una vez la tuviera a su merced la haría sentir nuevamente miserable, no dudó ni un segundo abalanzarse encima de él y golpearlo hasta que la soltó.

A pesar de lo que ella había experimentado se sorprendió ante su petición. Sakura le pidió que la acompañará a dormir en la misma cama, tanta confianza le inspiraba, esa chica era la ternura hecha realidad, le había perdonado su desplante y escena de celos, después de eso sufre de las consecuencias de un desalmado que quiso abusar de ella, ahora duerme tranquila, ignorando todo a su alrededor. 

Sin querer el resto de la madrugada pasó imaginando muchos escenarios al lado de ella; viajar juntos a su pueblo natal, compartir un apartamento, salir de paseo los fines de semana, cocinar juntos, amanecer abrazando su estrecha cintura sin pensar en separarse de ella, hacerle el amor hasta el amanecer y sobre todo hacerla muy feliz, también se estaba cansando de esconder lo que sentía por ella, no era de los que contaba a todo el mundo lo que hacía, simplemente quería tener la libertad de abrazarla y besarla cuando a él se le antojara. 

Estaba pensando en las palabras de Eriol, cuando ella comenzó a moverse, claro anunció de que dentro de poco despertaba, se quedó observándola hasta que poco a poco pudo ver esos expresivos ojos esmeralda que se exaltaron un poco, luego sonrió un poco avergonzada al haber recordado la petición que ella le hizo.

-Buenos días. – Saludó él muy sonriente. – Buenos días Syaoran. – Respondió ella de regreso. – Disculpa por haberte hecho dormir incómodo. No pensé que te ibas a quedar el resto de la madrugada. – Dijo con un ligero sonrojo. 

– Tranquila, fue una de las noches más cómodas para mi. – Colocó detrás de su oreja un mechón de cabello. – ¿Has podido dormir bien? – Le preguntó. 

– Sí, gracias por acompañarme. – No tienes nada que agradecer Sakura, es lo menos que podía hacer para que pudieras descansar, aunque sea un poco. – Quiso decir algo más, pero abruptamente guardó silencio. – ¿Sucede algo Syaoran? – Preguntó muy dudosa Sakura.

-Estuve pensando en algo nada más. – Respondió rápidamente. – ¿Puedo saber qué es lo que te preocupa? – Volvió a preguntar Sakura. 

– Bueno, no es algo que me preocupe, o tal vez sí; todo depende de la respuesta que obtenga. – Dijo rápidamente, empezando a sentir que los nervios se apoderaban de él. – Sigo sin entender. – Dijo ella con algo de confusión. – Si hay algo en lo que pueda ayudarte, no dudes en decirme Syaoran. – Se acercó a él y lo abrazó. – Cualquier cosa que necesites, no dudes en pedirlo. Haría lo que sea para ayudarte. – Él solo se dejó llevar por la sensación que le regaló en ese abrazo, atrayéndola más a su cuerpo, se permitió respirar la esencia de sus cabellos.

 – En ese caso. – La tomó de los hombros y habló. – Hay algo que quiero pedirte. – Dime. – Sakura observó curiosa sus facciones, se notaba nervioso. – Yo, sé que tal vez no sea el mejor para estas cosas, pero algo nuevo ha nacido en mí desde que te conocí. Hay tantas cosas que tengo que aprender, pero desde que te conozco no he podido evitar ser un poco egoísta. – Guardó silencio preparándose mentalmente para lo que iba a decir.